San Juan, Puerto Rico – El Pueblo de Puerto Rico, en lo que tiene que ser el foquetazo más grande que se le haya hecho jamás a un político electo, se presentó a sí mismo una tarja conmemorando «nuestra gran labor aguantando desde tiempo inmemorial las acciones dañinas de políticos corruptos, idiotas y botaratas», y cuyo costo fue asumido por el ex Presidente de la Cámara de Representantes, José Aponte. Esta acción jodeística se realizó en respuesta al desembolso de $23,140 del erario que fue autorizado por Aponte para la creación de una tarja de bronce en honor a los cuatro años que éste estuvo como presidente de la Asamblea Legislativa, y la cual aprobó él mismo por sus propios cojones sin pasarlo a votación de la Cámara.

«Cuando me enteré de la tarja en su propio honor que José Aponte se autorizó», explicó Juan Del Pueblo, el portavoz de todos los puertorriqueños en este asunto, «me dije que tenían que ser embustes: que en medio de esta crisis fiscal que estamos atravesando, a nadie se le ocurriría gastar $23,140 en lo que es simple y sencillamente un tallado en bronce con un chorro de nombres y un perfil irreconocible del ex Presidente de la Cámara (¡sobre todo cuando esos chavos podrían aprovecharse mejor cazando a la pantera o buscando tesoros en el mar!). Pero al reflexionar por medio segundo, me di cuenta que esto es Puerto Rico, y que quizás deberíamos estar aliviados de que no la mandó a hacer de oro de 24 quilates y bordeada de diamantes, como cadena de caco». A pesar de que Del Pueblo admitió que, gracias al revuelo que esto ha causado, él logró aprender la palabra «tarja» («vite, yo hubiera dicho ‘placa’ pa’ no ponerme con comemierderías», confesó), el portavoz añadió que «cuando alguien te brega tan Chicky Starr, no te puedes quedar da’o», y fue así que se fraguó la idea de comisionar una tarja en honor a todos los puertorriqueños, costeada por el mismo Aponte.

Aquí les dejamos esta foto de la dichosa tarja, pa’ que los mortifique hasta el 2012, a ver si aprenden a votar. Si eligen a José Aponte de nuevo como representante, pues que haga una de oro y diamantes, porque se la va a merecer

«Si nosotros le pagamos una plaquita con su carita esculpida», concluyó Del Pueblo, «que Aponte nos costee una de su propio bolsillo en honor a todos los puertorriqueños me parece de lo más justo. Después de todo, es gracias a nuestra estupidez crónica y ceguera político-partidista que soportamos, como si fuéramos la buena de una novela mexicana, todos los atropellos a los que nos sometan nuestros políticos electos, cuatrienio tras cuatrienio. Cualquiera diría que hubiéramos aprendido ya, pero mira a ver si no volvimos a elegir a Ñañito par de meses antes de que él mismo se declarara culpable; pues no: nuestro lema como votantes parece ser ‘Dame más, si más merezco’. Es por eso que los legisladores de la Isla, y sobre todo el Sr. Aponte, deben estar sumamente agradecidos de nuestra inmadurez intelectual a la hora de votar, ¿y qué mejor manera de mostrar su agradecimiento que dedicándonos una tarja conmemorativa, pagada con chavos ajenos? Eso es lo que está de moda, ¿no?».


Ok, de nuevo, pa’ que aprendan. Este mama’o usó 23,140 dólares tuyos para rendirse pleitesía a sí mismo. De nuevo, si botan [sic] por esta bestia inmunda de nuevo, se merecen todo lo que él les haga

La tarja que conmemora «la paciencia de Job demostrada por el Pueblo para con la clase política de la Isla» fue esculpida en bronce, y, emulando a la de Aponte, lleva en la parte de arriba un tallado en perfil de cada uno de los residentes de Puerto Rico. «Se preguntarán cómo hicimos que Aponte pagara por esta cuestión», adelantó Del Pueblo. «Bastará decir que soy cajero en Wendy’s y que Aponte no puede vivir sin su Big Bacon Classic, o sea que el acceso a su número de American Express no fue muy difícil de conseguir». A Del Pueblo le sorprendió que el costo de la tarja, ascendiente a los $115,693, fuera aceptado sin problema alguno por la compañía de tarjetas de crédito: «¡Las cosas no deben irle muy mal a Aponte, si su línea de crédito es más de cinco veces el salario promedio de la mayoría de los puertorriqueños!».

Y vamos con la cantaleta de nuevo, porque vamos pa’ ocho años con este huelepega: no voten por este borrachón buscabullas; no voten por él, por el amor de Dios. ¿Se lo tenemos que dibujar también?

Del Pueblo espera que todos los puertorriqueños disfruten de la tarja en honor a ellos mismos, y que se deleiten, como suelen hacer los legsisladores, del hecho de que «la pendeja’ la está pagando el bolsillo ajeno». Para asegurarse del disfrute pleno de la placa por toda la ciudadanía, Del Pueblo encomendó a que se hiciera una tarja para cada pueblo, con la idea de que éstas se expongan en la plaza del mercado de cada municipio. «Y no se preocupen por el costo», aseguró, abanicándose con una tarjetita de crédito verde, «que corre por cuenta de Aponte… es más, ¿quién quiere un B-M del año?».


Ok. ¡Ahí está dibuja’o! No voten por un troglodita como éste. ¿Ya? ¿Entendieron?