Una testigo ocular de los hechos relató lo que presenció: «Vi con horror cómo esa horda de entes demónicos entraban lentamente al Capitolio con una mirada muerta, y en su mente (¡si se puede decir que tienen mente!), un solo pensamiento: saciar sus propias necesidades. ¡Y luego de eso, ahí fue que también empezaron a entrar los zombis!». Acto seguido, las puertas del Capitolio «de alguna manera» se cerraron desde afuera, dejando a los no-vivientes encerrados con los pocos senadores y representantes que se presentaron a sus labores hoy. «Yo me quedé esperando aquí afuera a ver si podía oír los gritos atormentados de los legisladores mientras escuchaba en mi iPod las canciones que sugirieron en Puerto Rico Indie para el apocalipsis de zombis«, admitió la testigo, «pero para mi sorpresa y decepción, los zombis fueron los que se murieron ahí adentro. ¡Qué desperdicio!».
«¡Fue horrible!», exclamó Thomas Rivera Schatz, luciendo inusitadamente desaliñado y caripálido al huir del Capitolio. «Yo hubiera pensado que tener que bregar con los populares todos los días me hubiera preparado para tener que pasar largas horas rodeado de hediondos muertos vivientes, pero no: ¡con estos no bastaba con apagarles el micrófono!». Rivera Schatz contó cómo de repente la sala se les llenó de repulsivos zombis en búsqueda de cerebros, y que estos husmearon a todos los senadores sin encontrar a quién comerle los sesos. «Tratamos de salir, pero las puertas estaban cerradas desde afuera. Eventualmente estos seres torcidos sucumbieron ante el hambre al no encontrar qué comer, y finalmente pudimos escapar. ¡Qué mal día escogí para finalmente venir a trabajar!», exclamó Rivera Schatz con autoreproche.
Fueron muchos los senadores y representantes que manifestaron su alivio de no haber ido hoy a sus labores y evitarse el mal rato de estar encerrados por tantas horas con seres aún más despreciables que sus contrincantes políticos. Por ejemplo, la Presidenta de la Cámara de Representantes, Jenniffer González, faltó al trabajo por estar quemando fiebre en el nuevo Krispy Kreme de Ponce, y Antonio Soto alias «El Chuchin» se ausentó para convocar una conferencia de prensa para reanudarle su promesa a los medios que jamás volverá a hablar con la prensa. La senadora Evelyn Vázquez tampoco estuvo presente hoy en el hemiciclo, algo que, según ella, le salvó la vida, «porque yo soy una senadora de ‘A’, y para los zombis mi cerebro hubiera sido como un filé miñón».
El gobernador Luis Fortuño, por su parte, le pidió sosiego a la ciudadanía, y le rogó encarecidamente a los zombis que «no hagan mucho reguero, que ya bastante nos costó arreglar el despingue usual que hay en esta isla y aniquelarla para la visita del presidente Obama mañana«. El Gobernador aseguró que su equipo de gobierno seguirá trabajando arduamente por Puerto Rico a través de esta crisis, primero que nada removiendo «todos los cadáveres obesos y malolientes que haya en la ruta que va a atravesar el Presidente», y luego «tapando los boquetes en las carreteras que podrían jamanequearnos al Amo». «No quiero que cunda el pánico», aseguró Fortuño con voz pausada. «Aprovecho la ocasión para tranquilizar al Pueblo y decirle que no hay nada que temer: ¡esta isla va a estar lista para la visita de Obama!».