«Yo no vuelvo a meter las patas de nuevo, expresando la maldad de mi alma en un medio tan fácil de publicar como un chat privado de Telegram», explicó Ricky Rosselló, quien sin duda ha pasado las últimas horas rezando que un cometa magnético le pase cerca a la Tierra y borre toda la información digital en el planeta. «Vi’te, uno piensa que tiene panas, pero resulta que son to’s unos chotas en ciernes: ¿dónde está la lealtad? ¡Los compinches de Papi no eran tan esplaya’os y bocones! Énigüei, ya aprendí mi lección: si quiero decirle algo a mis secuaces, tengo que hacerlo en un lugar donde nadie esté pendiente, y que no haya manera de sacarme los trapos sucios después… ¿y qué mejor para eso que literalmente cualquier programa de WIPR?».
El gobernador ya está planeando cómo disfrazar sus transmisiones para lograr la apatía total de los tres gatos que de mil en cientos ven programas en el Canal 6. «La próxima vez que quiera incitar a nuestra gente a caerle encima a alguna puta, creo que lo diré al aire en un programa de WIPR con un título que asegure que nadie lo sintonizaría ni por equivocación, como por ejemplo: ‘Arte y Cultura Afroantillana’, ‘Gramática Analítica en Acción’ o ‘El Show de Chucho Avellanet’. Ahí puedo decir cualquier barbaridad que se me ocurra, y asegurarme de que solo mis panitas estarán pendientes, y que nadie me va a estar grabando, porque, ¿a quién diablo se le ocurriría grabar un programa de WIPR? ¡Por fin le encuentro algo de utilidad a ese nido de pipiolos!».
Rosselló lamentó que «ya ni siquiera en un chat privado de Telegram quienes gobiernan Puerto Rico puede hacer comentarios misóginos, burlarse de gente gorda, o hablar despectivamente de los propios constituyentes», aunque admitió que, «si iba a haber un escándalo mediático en un país tan atrasado como Puerto Rico, ¡por supuesto que iba a ser por culpa de un app con un nombre tan anticuado como ‘Telegram’!».