«Pues… a cancelar los planes para vender esta mierda de periódico y retirarme inmediatamente a una isla privada en el pacífico», aseguró El Cangrimán con resignación. «Pero como pa’ los latinos lo gringo siempre es lo mejor, pues nos jodimos», concluyó amargado, sin siquiera detenerse a considerar que El Ñame nunca, jamás, en mil años, se le pega a The Onion. «¿Habrá break con que nos compren los Ferré Rangel? Rata, no creo que los hayamos jodí’o tanto. ¿Verdad?», preguntó desesperado, mientras en la redacción de Primera Hora usaban la foto del Cangri en un blanco de dardos.
«¿En serio, Univisión? ¿¡En serio!?», cuestionó molesto El Rata con un evidente ataque de cuernos. «¿Dónde quedó eso de ‘hermandad latina’, ‘La Raza’ y ‘bros before hos‘? Si iban a soltarle un fracatán de chavos a un periódico de embuste, ¿por qué no al nuestro, que al menos está en el idioma de Cervantes? ¿Cómo es?», respondió la vil rata maicera al obtener respuesta a sus interrogantes. «¿Que The Onion tiene millones de lectores alrededor del mundo en vez de los tres gatos que leen El Ñame? ¿Que sus escritos están mejor redactados, son más creativos y son mucho más cómicos que los nuestros? ¿Que The Onion es una marca de renombre que lleva cogiendo de pendejo a gente incauta por décadas, mientras que nosotros llevamos apenas 11 años laborando en el olvido y no nos leen ni nuestras propias madres? Ah, ok, pichea entonces…», aseveró, mientras se observaba a Oscar Marrano restrellando su cabeza sin cesar contra la pared.
Luego de esta santa expresión de despecho, el trío ñamero desea felicitar genuinamente a The Onion en esta nueva etapa de su existencia: ser el sell-out que El Ñame quisiera haber sido.