«Pues nada, ella se ve bien pueblerina y se convirtió a Dios», expresó el ciudadano Juvencio González. «Por eso me gusta escucharla: así me siento como que yo también puedo hablar sobre cualquier tema como todo un experto. Y nada, también me gusta como cuando se ve acorralada o se da cuenta que no tiene qué aportar al tema, se pone a llorar, a invocar a Dios o a hacer gestos de burla. Me enseña cómo debo reaccionar yo también todos los días».
Fuentes aseguran que el pueblo de Puerto Rico nunca entenderá que hacerle caso a una exmodelo sobre cualquier tema del país tiene la misma lógica que dejar que un cura que nunca se ha casado te diga cómo llevar tu matrimonio, que una pastora millonaria te diga cómo ser pobre como Jesús, y que el hijo de un exgobernador pueda igualmente ser gobernador simplemente porque es el nene de papi.