El altercado entre La Taína y Milly Méndez ocurrió en una reunión de la producción de su programa, y no, desgraciadamente para el televidente boricua, al frente de las cámaras, para así poder disfrutarlo con un poquito de poscón. Aunque Méndez sí indicó que la agresión fue física y verbal, rehusó entrar en pormenores y ofrecer todos los detallitos jugosos para el deleite del morbo popular, demostrando de ese modo que como que no entiende muy bien que digamos su rol como artista televisivo en Puerto Rico. La gerencia del programa eventualmente botó a La Taína como bolsa, aclarando que «toleramos que La Taína solo hable bazofia en nuestro programa cada vez que hable la boca, ¡pero en algún lugar tenemos que trazar la raya!».
Por su parte, Oscar «Guarionex Tekino-airú» Díaz, cacique del Yucayeke de Taínos que no Fueron Asesinados por los Malditos Españoles (YTFAME), quiso dejar muy claro que La Taína no representa a los miembros de su tribu. «¡Ay, Yukiyú mío, espero que nadie piense que esa señora es verdaderamente parte de nuestro yucayeke, porque ella no encarna ninguno de los atributos de nuestra gente! Lo nuestro es mantener nuestra cultura viva, ponernos nombres indígenas inventa’os y salir en anuncios de aceite Mazola cuando se nos presenta el guiso. Como todos sabemos, ‘taíno’ quiere decir ‘persona buena’, no ‘rampletera ratonera de cantazos’, así que nuestro nombre no le aplica a ella para nada. Que alguien me explique por qué empezaron a llamarle a ella ‘La Taína’: ¿será solamente porque parece que siempre está embadurnada de bronceador Banana Boat y se la pasa las horas muertas cogiendo sol en Ocean Park? ¡Que Juracán me lleve! ¡Ser taíno es más que estar tizna’o y haber sobrevivido la masacre del diablo blanco!», tronó el cacique y también corredor de bienes raíces.
Por otro lado, Jaime Cabán, un puertorriqueño que no ostenta particular proximidad a su ascendencia indígena, añadió: «Por eso de dejar las cosas claras: aunque mi nombre no termina en equis y nunca he salido en uno de esos videos educacionales en Tibes, ¡La Taína no me representa a mí tampoco!».