Gabriel López Arrieta, administrador de Vivienda Pública, explicó que técnicamente los habitantes de residenciales públicos pueden tener piscinas en los predios, siempre y cuando estas no contengan agua (en lo que tiene que ser la distinción más pedante de la historia de la humanidad). «No me importa si usan sus piscinas como jardinera, como jaula de perros o como pista para patinetas», aseguró López Arrieta. «Después que no las llenen de agua, está to’ habla’o. En otras palabras, pueden intentar parecerse a Plaza Acuática todo lo que quieran», aclaró, «después que sea el Plaza Acuática triste y mustio después que cerró, cuando sus piscinas eran más bien criaderos de mosquitos».
Por su parte, varios inquilinos de Luis Lloréns Torres manifestaron no comprender esta limitación, dado que ellos no pagan por el preciado líquido. «A mí no me llega cuenta de agua», explicó Xavier Beauchamp, vecino del residencial Luis Lloréns Torres, «por lo que asumo que no hay que pagarla, y por ende, es gratis. ¿Por qué entonces esta gente del gobierno tiene que ser tan mordí’a y arruinarnos nuestra diversión, con la calor que está haciendo últimamente? El agua cae del cielo, así que no pueden venir a prohibirnos usarla en nuestras piscinas. ¿Qué es lo próximo, exigir que gastemos menos luz, que también es gratis porque viene del sol? ¡A la verdad que alguna gente sí que tiene pantalones!».