«Dejemos de nadar contra la corriente», declaró vencida Maritza Burgos del equipo editorial de El Vocero. «A juzgar por las entradas que más visitas reciben en nuestro portal cibernético, nos valdría más seguir republicando cualquier cochinada sobre sexo que encontremos por ahí que pasar el trabajo de escribir nuestras noticias originales sesgadamente criticando la gesta de Alejandro García Padilla. Total, luego de pasar tanto tiempo rebuscando entre los archivos de Agencia EFE para hallar artículos tales como «cosas que aprendimos sobre el orgasmo en el 2013» y «cinco tips para cuidar tu pene«, ya muchos de nuestros editores se han convertido en expertos sobre el tema. De hecho, si quisiéramos seríamos incluso capaces de mantener nosotros mismos una sección de preguntas y respuestas donde contestemos las inquietudes sexuales de nuestros subscriptores (donde predigo que la mayor parte de las respuestas serán: ‘Nene, no: no importa el tamaño’ y ‘Nena, lo único que tienes que hacer para ‘volverlo loco en la cama’ es decirle que sí’)».
A una conclusión semejante llegaron los administradores de Primera Hora, una publicación que desde hace tiempo sufría una crisis existencial entre ser un periódico para personas marginalmente analfabetas y un shopper con noticias por el medio para eso de romper la monotonía. «Siempre hemos dicho que Primera Hora ‘habla como tú'», explicó José Luis Aragón, miembro del comité timón del magacín famoso por la erudita sección del «Bombón de la Semana«. «Y es claro que si habla igual que nuestros lectores, ¡también debe estar igual de obsesionado con el tema del sexo que nuestros lectores! Nuestra estrategia primordial será mantenerlos en un patín constantemente para que sigan leyéndonos; por ejemplo, primero les aseguraremos que el tamaño del pene no importa, pero luego los traumatizaremos diciéndoles que las mujeres los prefieren altos y con el paquete grande. ¡Ni nos peinaremos ni nos haremos rolos, sino todo lo contrario!», declaró orgulloso Aragón, quien ya está buscando escribir una secuela al bien recibido artículo sobre cómo los tacones podrían afectar el orgasmo en las mujeres («¡Algo que, dicho sea de paso, explica muchas cosas sobre mi mujer!», susurró en tono de complicidad).
Los equipos editoriales de ambas publicaciones estuvieron de acuerdo que la gran parte de sus subscriptores ni siquiera se darán cuenta del cambio de formato. «Solo se afectarían quizás los tres gatos que participan en los foros de nuestros artículos sobre política, a quienes les gusta dejar comentarios homofóbicos, chabacanos y/o repletos de faltas de ortografía», pronosticó Maritza Burgos. «¡Aunque estoy segura que estos encontrarán de todos modos cómo poner comentarios homofóbicos, chabacanos y/o repletos de faltas de ortografía incluso en artículos sobre temas de sexualidad!».