«Esta expansión por parte de la Destilería Serrallés no beneficiará solamente las finanzas de dicha compañía», prometió el gobernador, «sino también al puertorriqueño común y corriente, quien ahora podrá darse una jumeta cuando guste sin tener ni siquiera que salir de su casa». García Padilla aseguró que utilizar las tuberías existentes para distribuir ron en vez de agua mata varios pájaros de un tiro: «primero, como Serrallés estará produciendo tanto ron, su precio será más bajo que lo que la AAA está facturándole a sus abonados por agua; segundo, dado que el ron es antiséptico, no hay por qué gastar dinero purificándolo o filtrándolo; y tercero, cuando todo el mundo pueda emborracharse desde la comodidad de su hogar y a cualquier hora del día, ¡nadie va a estar por ahí roshea’o por cuán mala está la situación económica del país!».
La decisión de la actual administración fue avalada por millones de puertorriqueños, quienes opinaron que «el ron ya era más limpio, más saludable y menos maloliente que el agua que provee la AAA: si ahora también es más barato que el agua del grifo, ¡a bañarse con ron se ha dicho!». Representantes de la Destilería Serrallés aclararon, no obstante, que el ron que se estará distribuyendo generalmente por las tuberías sería Ron Llave, y que solo se estaría proveyendo DonQ Gran Añejo en selectas urbanizaciones de Guaynabo.