«Estamos sumamente preocupados por nuestra seguridad», explicó el Hombre Lobo en conferencia de prensa. «Este supuesto profesor Ríos resurge cada cierto tiempo –o sea, cada vez que algún reportero vago de la prensa local lo entrevista cuando no tiene de qué más escribir– y con sus palabras pone en peligro nuestras vidas. Por ejemplo, esa noche de la Súper Luna, que yo planeaba pasar tranquilo en casa poniéndome al día con ‘Downton Abbey’, tuve que pasármela corriendo por mi vida porque había gente buscándome para pegarme un tiro con una bala de plata. ¿Qué le hice yo a ese don para que me tirara al medio tan malamente?», se preguntó consternado el hirsuto licántropo. «¡Pues ahora que se prepare, que la próxima luna llena le voy a quitar lo charlatán a puro zarpazo!».
Igualmente se expresó desde su podio Pra’a’nx Dh’o’rpl, un extraterrestre de una lejana galaxia, usando sus poderes psíquicos para comunicarse con los humanos ahí presentes. «Al principio nuestra raza no tenía pugna con el humano llamado Re’i’inaldo Rí’o’s», explicó el alienígena verde de tres ojos. «Tenemos entendido que él fue quien organizó el ovnipuerto en L’a’jas, que, aunque siempre nos pierde las maletas, al menos es un lugar conveniente donde aterrizar para poder raptar y sondar analmente algún espécimen pensante (¡lo que es más difícil de encontrar de lo que pensarían!). Sin embargo, nos hemos dado cuenta que ahora se la pasa velando el sitio para tratar de sacarnos fotos y atraparnos, y hasta ahí llegamos. ¡Exigimos que se organice inmediatamente una expedición para dar con este humano igualado y mantenerlo suspendido en una cápsula de desgarre atómico, u obligarlo a ver televisión local, lo que le resulte más espeluznante!».
Los vampiros también se unieron al coro de voces que pide que se le dé caza a Ríos (cuya cabeza, incidentalmente, también están pidiendo representantes de la Real Academia Española por esa vaina de «ufólogo»). «Francamente no entendemos por qué tenemos que ser nosotros, los entes paranormales, quienes exigimos que se aprese a este don», explicó Domingo Fernández, quien durante la noche es un cruento vampiro sediento de sangre y durante el día trabaja en el Forever 21 de Plaza Las Américas. «En cualquier otro país, a un hombre diciendo estas loqueras ya lo hubieran internado hace tiempo en el San Juan Capestrano en vez de estar entrevistándolo cada vez que dice alguna barrabasada. ¿En serio somos los únicos que entendemos que este señor no debe estar por ahí suelto en las calles?», cuestionó con impecable lógica la malévola criatura nocturna, quien cuando no está desangrando a alguna víctima incauta está doblando mahones desteñidos y poniendo blusas en ganchos.
El Chupacabras, por su parte, no se unió al pedido de los seres sobrenaturales dado el hecho de que no existe.