«Luego de que el truhan este de Acevedo Vilá saliera libre del caso criminal que tan cuidadosamente pegamos con la más chiclosa evidencia posible, finalmente lo tenemos tras las rejas como merece», exclamó eufórica la Jefa de Fiscalía con el semblante risueño que le caracteriza, mientras un impotente Acevedo Vilá la miraba absorto. «Esta es la total reivindicación de nuestro Negociado de Investigaciones por Encargo, que con tanto ahínco investigó el esquema de fraude de Aníbal en su tablero de Clue hasta identificar que los delitos los cometió él, en la biblioteca, con el candelabro, solo para que ese grupete de mequetrefes del jurado lo dejara absuelto quién sabe bajo qué fundamento absurdo», manifestó la fiscal, en obvia referencia al absurdo y poco usado criterio de culpabilidad más allá de duda razonable. «¡Vamos a ver si Tomás Green te va a salvar de esta, so tramposo!», exclamó la fiscal Rodríguez mientras se tragaba la llave de la celda en la que se encontraba Acevedo Vilá.
Al preguntarle si no le parecía contradictorio dejar libre a un convicto de cometer el grave delito de conspiración sediciosa a cambio de encarcelar a un acusado de robarle $193 al IRS, Rodríguez justificó el intercambio alegando que ambos delitos son igual de graves: «No se dejen impresionar por lo estúpido que suena: deberle $193 al IRS es cosa seria», sostuvo la fiscal mientras pedía lo imposible. «Además, cuando estamos hablando de casos en que la evidencia es… cómo decirlo… más ‘abstracta’ que ‘tangible’, el criterio no es la gravedad del delito sino el esfuerzo necesario para conseguir la condena. Y en el caso de López el esfuerzo no pudo ser menor, porque no necesitamos ninguna evidencia para encontrarlo culpable», explicó con gran convicción la experta fiscal mientras arqueaba sus cejas amenazantemente.
Al cierre de esta edición, autoridades estatales se encontraban reunidas con expertos en derrames tóxicos y emergencias ambientales investigando sobre posibles formas de recuperar la llave de la celda de las profundas y peligrosamente contaminadas cavidades guturales en las que se encuentra. Fuentes revelaron que el consenso entre los expertos consultados es que «se jodí’o este tipo, porque aquí no hay rescatista que se atreva a bregar con ese sistema sanitario».
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ACTUALIZACIÓN:
Aparentemente a Aníbal Acevedo Vilá le permitieron usar Tuíter desde su celda en la cárcel federal, porque miren los tuits que envió cuando se publicó este artículo: