Piculín Ortiz, el exbaloncelista y aparentemente agricultor aficionado, fue arrestado el miércoles por agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas mucho más cool en inglés). En la propiedad del también ex candidato al Senado por el Partido Popular Democrático se encontraron más de doscientas matas de marihuana, lo cual reveló no solo que Piculín tiene un don para la horticultura, sino también que Cayey parece tener el clima idóneo para comenzar un negocio de trasiego de drogas.
Dante Catozzi, el organizador del Festival de la Yerba, expresó con dolor que este no podrá tener lugar dado que «nuestro mayor suplidor de pasto se encuentra algo ocupado últimamente rezando porque no lo metan cuarenta años de cárcel por simplemente haber cosechado una planta exitosamente». La actividad, que fue descrita como «parecida al Festival de las Flores en Aibonito, pero con marihuana, y en Cayey», hubiera tenido lugar «en alguna jalda cayeyana donde los puercos no nos pudieran encontrar y aguarnos la fiesta».
Cientos de mafuteros alrededor de la Isla lamentaron el allanamiento de la cosecha piculinesca, no solo porque les dolió ver al querido astro boricua pasar por estas penurias, sino también porque ahora tendrán que cambiar de suplidor. «¡Qué bad trip, ¿vite?!», exclamó / preguntó con desilusión un fanático de los estupefacientes naturales que pensaba acudir al Festival. «Tenía entendido que la ganja del Picu venía recomendada por los máximos exponentes del reggaetón», aseguró, sin mencionar nombres por temor a que lo «exploten, por chota».
El arresto de Ortiz no solo arruinó el Festival de la Yerba, sino que también le cortó las patas al negocio de limpieza de patios que el excanastero había recién empezado, que llevaba el desafortunado nombre de «Piculín’s Weeding Service«.