«¡N’oigo, n’oigo, soy de palo; tengo oídos de pescado!», canturreó el gobernador Luis Fortuño en voz alta con los dedos metidos en los oídos cuando la masa de manifestantes se detuvo frente a La Fortaleza. «Yo quiero siempre poder decir que acato las peticiones del Pueblo», explicó Fortuño, quizás refiriéndose a las distintas exigencias que los manifestantes le hacían al Gobierno. «Es por eso que si me tapo los oídos y rehúso escuchar las peticiones de igualdad de derechos que ellos están haciendo a través de sus megáfonos, puedo hacerme el loco más fácilmente», aseguró, como si él hubiera tenido problemas alguna vez haciéndose el loco.
Por su parte, el presidente del Senado Thomas Rivera Schatz no tuvo problemas escuchando las peticiones de los manifestantes y pasándoselas «toditas por el forro, tranquiléin». El presidente senatorial, quien anteriormente había expresado que los homosexuales eran «enfermos mentales, torcidos y criminales«, no dio el brazo a torcer ayer tampoco. «Yo no tengo problema alguno con que todos los puertorriqueños tengamos derechos iguales», comenzó Rivera Schatz, sonando too good to be true. «Digo, después que sean personas que piensen igual que yo y de quienes yo apruebe personalmente», concluyó, trayéndonos de nuevo a la realidad.
Entre los manifestantes se encontraba Pedro Julio Serrano, Presidente de la organización «Puerto Rico Para Tod@s» y el único activista pro derechos de los homosexuales en la Isla que ha logrado darle un bien merecido tapaboca a La Comay. «El hech@ de que nosotr@s tengam@s que luchar por la igualdad es francamente una vergüenza para nuestr@ país», aseguró Serrano. «Debe ser obvi@ para cualquier persona que l@s homosexuales som@s person@s tan human@s y tan puertorriqueñ@s com@ cualquier@, y negarn@s nuestr@s derech@s va en contra de l@s principi@s de igualdad por l@s cuales se rige nuestr@ Constitución, y que distinguen a l@s puertorriqueñ@s como Puebl@», concluyó el activista, haciendo más sentido que cualquier político del patio, a la vez que acababa con todas las arrobas en la Isla.