«Luego de ver los vídeos de lo que pasó ayer en el Capitolio, tengo que ordenar una investigación administrativa. Definitivamente esto no puede continuar pasando en el Puerto Rico que todos queremos», declaró visiblemente molesto el Gobernador. «Estas injusticias no pueden seguir ocurriendo. O sea, ¿vamos a seguir permitiendo que estudiantes flacuchos, doñitas en dubi y niñas de high aterroricen a nuestros ciudadanos cantando estribillos socialistoides to’ desafina’os? ¿¡En nuestra venerada casa de leyes!? ¡No, no, no! ¡Esto es inaudito!», aseguró el Primer Mandatario en tono enérgico, a la vez que añadió que «el Superintendente [de la Policía, José Figueroa Sancha] tiene que explicarme cómo es posible que estos agentes disociadores de la extrema izquierda continúen campeando por su respeto en este país. Y sobre todo, tendrá que explicar cómo es posible que, después de ese chorro de macanazos que cogieron, todavía a esta gente les queden dientes. ¿Qué, las macanas esas son de goma, es?», pregunto con rostro enrojecido del coraje.
Fortuño, sin embargo, añadió que será flexible a la hora de evaluar el desempeño de sus subalternos durante estos sucesos, entendiendo que es posible que dadas las circunstancias, los efectivos de la policía actuaran adecuadamente: «Bueno, realmente en muchos de los videos se ve que los manifestantes estaban de espalda cuando los policías les dieron los garrotazos», explicó mientras inadvertidamente pasaba su mano por su cabello. «Como todos sabemos, ¡es bien difícil romperle los dientes a alguien cuando le pegas por la nuca o por el cocote!», declaró en un tono más sosegado el Gobernador, quien además concedió puntos de bono a los agentes que, a falta de dientes o crisma que romper, se dedicaron a destruir los cristales de los automóviles de los manifestantes.
Al cierre de esta edición había sido imposible conseguir una reacción de alguno de los manifestantes debido a que se encontraban demasiado ocupados buscando sus cordales por las distintas aceras del Viejo San Juan.