San Juan, Puerto Rico – Los miembros de la Asociación de Enanos Intelectuales (AEI) reportaron sentirse «insondablemente injuriados por el oprobio de ser comparados con un político puertorriqueño», tras escuchar que Antonio Sagardía, el Secretario de Justicia, tachó al representante Luis Vega Ramos de «enano intelectual» que no le llegaba a él «ni a los talones».
El repudiable suceso tomó lugar el miércoles pasado durante la vista cameral sobre el presupuesto del Departamento de Justicia, durante el cual el representante Vega Ramos increpó a Sagardía sobre contratos que su departamento presuntamente le había concedido a abogados externos. Ejemplificando la clase y el donaire que describen con exactitud al político boricua, la situación se tornó en un dime y direte cuando el acalorado Representante comenzó a señalar con el dedo a Sagardía, algo que aparentemente, en la barriada donde se crió el Secretario de Justicia, te gana un sopapo en la cara y quizás par de huesos rotos. Iracundo, Sagardía comenzó a arrojarle epítetos a Vegas Ramos tales como «canalla», «pichón de abogado», e, injustamente, «enano intelectual», ofendiendo así no al Representante, sino a todos los enanos intelectuales del planeta.
El Secretario de Justicia, Antonio Sagardía, a quien no estamos para nada señalando con el dedo porque no queremos recibir una gaznatá’ de un viejo cascarrabias
«¡Eso fue una calumnia irresponsable e imperdonable!», aseguró desde las bajuras Federico «Chico» Meléndez, Presidente del capítulo local de la AEI. «¡Si [Sagardía] quiere insultar al tipo que osó sacarle los trapitos sucios al aire en frente de las cámaras, allá él, pero no tiene por qué arrastrarnos a nosotros también en ese lodazal de ignominia!». Meléndez insistió que «una vida como la mía, dedicada a la filosofía, a las bellas artes, y a los estudios humanísticos, jamás puede ser parangonada con la de un político mezquino, ¡mucho menos uno boricua!, a quien poco le falta para rebuznar. Para mí tanto el secretarito guapetón de barrio y el representantucho buscapleitos son un par de mambrecas de la peor calaña», concluyó acalorado el portavoz liliputiense, demostrando que, a pesar de su alto intelecto, se la pasa perdiendo el tiempo en Twitter aprendiendo palabras inventadas por los twiterriqueños.
Chico Meléndez, Presidente de la AEI, y para nada una foto del actor Peter Dinklage con espejuelos añadidos digitalmente
Incluso enanos no intelectuales opinaron que comparar cualquier tipo de persona de baja estatura con Vega Ramos, o con cualquier otro legislador boricua, era «bregar bien cajit’e pollo». Por ejemplo, Nelson Ned, el famoso «Gigante de la Canción» y nuevo Enanito Holsum, añadió con su adorable acentito brasileño que «eu quizás no sea um ‘intelectual’ comu tal, ¡peru aum así sou mais inteliyenchi qui [Sagardía]!». Daniel «Doc» Sánchez, Presidente del Gremio de Enanos de Circo, opinó que «las palabras de Sagardía contra nosotros fueron grandemente injustas… y sí, dije ‘grandemente’, no se rían. ¿Cómo es posible que en la época moderna nuestra sociedad siga cogiendo a nosotros los de pequeña estatura de mangó bajito? Sí, ja ja«, rio sarcásticamente al darse cuenta de sus palabras, «dije ‘mangó bajito’, sí, sí, denle, ríanse, so sucios», retó acomplejado el diminuto Sánchez, a pesar de que nadie se estaba riendo.
El cantante brasileño y ahora Enanito Holsum, Nelson Ned, asegurando que, intelectualmente hablando, nadie puede ser más pequeño que un político boricua
Al escuchar las quejas de la AEI, decenas de pájaros abogados decidieron unir sus voces a la protesta e incluso ofrecer sus servicios en cualquier demanda por difamación que la Asociación quiera radicar, argumentando que la frase «pichón de abogado» también pretendía compararlos a ellos mismos con «algo tan mezquino como un legislador boricua». Un búho letrado chilló que «de la misma manera que llamar a Vega Ramos un enano intelectual es una afrenta para nuestros camaradas de baja estatura, igual o peor es llamarlo un ‘pichón de abogado’. ¡Yo no me estuve jodiendo la vida y quemándome las pestañas estudiando Leyes en la Escuela de Derecho para que me vinieran a comparar con una brosa de Representante, ¿oíste, Sagardía?», preguntó altaneramente el plumífero. El Secretario de Justicia, por su parte, respondó tajantemente: «¿Ese pichón me está apuntando a mí con el ala? ¡A mí me rejode que me señalen! ¡Más vale que no me siga apuntando con el ala si no quiere que lo desplume y lo use para rellenar mi almohada!».
Un búho abogado asegurando que «¡ya quisiera Sagardía ser tan brillante como para considerarse un ‘pichón de abogado’!»