San Juan, Puerto Rico – Una semana después de advertir sobre el peligro que representan los silenciosos vehículos híbridos para transeúntes ciegos y aparentemente sordos, la Federación Nacional del Ciego continuó con sus reclamos y exigió que se termine con el histórico discrimen de los fabricantes de automóviles, requiriendo enérgicamente la instalación de aditamentos especiales que les permitan conducir libremente sus vehículos por las carreteras de Puerto Rico.
Marc Maurer, Presidente de la Federación, dijo que «hace falta ser bien ciego para no ver cómo se manifiesta en toda la industria automotriz el discrimen que sufrimos los no videntes. El problema de los silenciosos vehículos híbridos es sólo un ejemplo más de las actitudes discriminatorias demostradas por la industria contra nosotros. Por años hemos venido reclamando nuestros derechos como conductores y siguen haciendo caso omiso a nuestros reclamos. ¡Con esa actitud nos privan de la hermosa experiencia de conducir un convertible por la Avenida Ashford del Condado y sentir la tibia brisa mañanera fluyendo libremente por nuestras cabelleras! Y ahora no sólo nos limitan, sino que nos atropellan, literalmente», sostuvo Mauer con mirada perdida, evidenciando algo de resignación y tristeza.
Marc Maurer, Presidente de la Federación, denunció las prácticas discriminatorias de los fabricantes de autos: «¡Están discriminando contra nosotros los no videntes! ¿Acaso nadie aquí puede ver eso?» Um, no
Entre las peticiones hechas por Maurer está la instalación de paneles de instrumentación en Braille. La instalación de dicho panel es importante para al menos saber a qué velocidad los no videntes están conduciendo sus vehículos. «Ese panel es esencialmente lo único que necesitaríamos para poder conducir como el puertorriqueño promedio». Maurer añadió que no atender los reclamos de los ciegos es incomprensible, especialmente tomando en cuenta que en el pasado los fabricantes de autos han atendido los reclamos de otras comunidades de impedidos. «Por ejemplo, el cruise control a quien único beneficia es a los cojos: ¿por qué no se puede hacer un panel de instrumentos para ciegos? ¡Esto es discriminación!», dijo Maurer mientras intentaba infructuosamente de establecer contacto visual con su audiencia.
Preguntado por El Ñame sobre las posibles dificultades prácticas de permitir que los ciegos conduzcan vehículos de motor debido a que, pues, son ciegos, Maurer contestó airado que «su condición de invidencia no impidió que un ciego diseñara nuestro eficiente sistema de carreteras estatales. ¿Acaso no han visto cómo en nuestro magnífico sistema sólo existen carreteras sin curvas? ¡Es una verdadera joya ingenieril el trabajo realizado, particulamente en las carreteras del centro de la Isla!» Confrontado con la realidad menos halagadora sobre las carreteras del país, Maurer se limitó a contestar que «a mí me parecía que eran rectas, y mi perro no me dijo nada sobre curvas…»
De no ser escuchados sus reclamos, Maurer dijo resignado que tendrían que continuar utilizando sus limitados métodos actuales de transportación. «Ante la intransigencia de los fabricantes de autos, tendremos que continuar aceptando trabajos como mensajeros y conduciendo nuestras motoritas entre carriles. Afortunadamente nadie se ha dado cuenta de que los mensajeros somos todos ciegos, y el Senador Garriga Picó prometió que intentará legalizar nuestra forma de conducir«, concluyó.
Un oficial de tránsito intenta infructuosamente de impartir instrucciones por medio de señales a un grupo de mensajeros y motociclistas no videntes; oficial, si yo fuese usted me movía pa’l carajo: ¿qué no ve que los perros no están conduciendo las motoras?