Inicialmente, cuando fue confrontado por la prensa para que diera explicaciones sobre el aumento en casos de crímenes violentos, Figueroa Sancha primero vino con que «la criminalidad ha bajado en el país, si se toman en cuenta el resto de los delitos«, lo cual sospechamos fue su manera de decir: «Después que disminuyan los robos de bicicleta y cosas así, ¿qué importan unos asesinatitos más o menos?». Sin embargo, al ver que nadie estaba convencido, prosiguió a revelar su plan para detener los asesinatos: ¡llamarlos de otro modo!
«Miren», explicó el Superintendente. «Si ustedes van a estar obsesionados con el número de asesinatos que se registran en la Isla, eso se resuelve fácil: nuestro departamento de tabulación se dedicará afanosamente a cambiarle el nombre a todos los crímenes, y San Seacabó. Aquí ya no habrá más asesinatos: si acaso, ‘culminaciones involuntarias de vida’. Ni robos: quizás ‘préstamos sin devolución’. Tampoco habrá ‘carjackings‘, sino ‘despojos coartados de vehículos de motor’. ¿Qué trasiego de droga? ¡Aquí lo que hay es ‘compra-venta de fármacos colombianos’! ¿Ya ven cómo es la vaina? ¡Cuando ustedes iban, yo venía!», aseguró, sin clarificar si en el sitio de donde venía fue donde le enseñaron a ser más político jaiba que policía competente.
Figueroa Sancha también indicó que piensa darle a sus agentes mayor discreción al momento de reportar los crímenes. «Por ejemplo, digamos que el agente llega al lugar de los hechos y resulta que mataron a una persona. Él deberá indagar qué tanto la mataron. En otras palabras, ¿la asesinaron así que uno diga: ‘¡Qué bruto, pero qué mucho la mataron!’. ¿O fue más bien que la asesinaron, pero así, solo un poco matadita? O sea, ¿fue una puñalada, o veinte? Porque hay una diferencia, ¿vite? Una sola puñalada es como si ni siquiera estuviera tratando, y podría catalogarse el incidente simplemente como un ‘uso inadecuado de un instrumento afilado’. ¿Ven? ¡Ya ahí hay un asesinato menos! ¡De nada!», exclamó, triunfante.
Finalmente, el Superintendente intimó que la última arma en su arsenal será la nueva práctica policiaca denominada «Hazte el Loco». «¿Para qué complicarle la vida a nuestros agentes con papeleo, investigaciones y arrestos?», explicó Figueroa Sancha. «Si simplemente se hacen los locos cuando alguien reporta un crimen, se ahorran tiempo y esfuerzo, y simultáneamente mejoran esas estadísticas de crímenes que los reporteros tanto aman. Lo único malo para ustedes», adelantó, refiriéndose a los periodistas, «es que ya no podrán seguir con este julepito de venir a pedirme explicaciones a mí cuando no tengan de qué más escribir, y tendrán que buscarse a otro servidor público que fastidiar. Les recomiendo al pobre diablo que esté a cargo de lo de la Vía Verde: ¡vayan a caerle encima a ese ahora!», exhortó.