En efecto, el virus del dengue fue por décadas el único mal en Puerto Rico capaz de crear una epidemia, incluso desde mucho antes del anuncio ochentoso en el cual Daniel Lugo no sabía lo que era un «hermoso bebedero para pájaros». Sin embargo, en el 2020 se le sumó de repente una nueva enfermedad viral: el COVID-19, quien aparentemente es un primo lejano del dengue quien vino a visitarlo y le gustó tanto la Isla que decidió quedarse.
«¡Este tipo es un vividor!», exclamó airado el Flaviviridae flavivirus, refiriéndose a su primo viral. «Primero vino Covi de visita –dizque para participar en SanSe–, y cuando vio las hermosas playas, los verdes montes, y el reguero de gente que no sabe usar mascarilla, decidió quedarse un poco más. Luego cuando se percató que a los puertorriqueños les gusta la pachanga y estar to’s apiñona’os en cuanta fiesta patronal y jangueo exista, mandó a buscar todos sus tereques y se instaló en el sofá de la sala como Pedro por su casa. ¡Antes yo era el rey y señor de las enfermedades virales en la Isla, y ahora la gente a quien le huye como al diablo es a este arrima’o! ¡Bastante tuve con el Zika y con el Chikungunya hace unos años para que venga otro germen a tumbarme el kiosko!».
El dengue alegadamente trató de todo para ahuyentar a su pariente aprovechado: soltarle indicios sutiles de lo bonito que está África durante esta época del año; ponerle sobre la almohada un boleto de ida a Florida; e incluso actos tan mezquinos como chotearle sus movidas bochornosas a su novia; pero aun así este continúa requedándose. «No puede ser que, tras décadas de ser el único foco de las campañas mediáticas del Departamento de Salud, ahora venga a destronarme un virusito igualado con ínfulas de grandeza, quien, acá entre nos, tiene un índice de mortalidad bastante gulembo. ¿Qué tengo que hacer pa’ que este vagoneta se largue de una buena vez y por todas de aquí? ¿¡Amenazar con encontrarle trabajo!?».
Al preguntarle si el hecho de que ya hayan empezado a distribuirse vacunas contra el COVID-19 le da algo de esperanza, el dengue replicó: «Un poco… pero como es de incompetente este gobierno, ya preveo que no almacenarán bien las vacunas y se dañarán; o se perderán los furgones que las contienen; o se caerá el sistema del Departamento de Salud y no podrán vacunar a nadie. ¡El punto es que tendré que chuparme a Covi viendo Netflix en mi sofá por al menos un año más!».