«¡Qué desdichada soy!», se quejó entre sollozos Charbonier, quien se colgó en las primarias del PNP solo un día antes de ser arrestada por el FBI, lo que, si fuera un libro de niños, de seguro se llamaría: «Tata and the Terrible, Horrible, No Good, Very Bad Week«. «No entiendo por qué mi Señor me ha desamparado, si yo he usado mi posición en la legislatura sola, única y exclusivamente para hacer Su voluntad –digo, y también para robarme miles largos de dólares, claro está», aclaró Tata, antes de apresurarse a añadir: «¡Alegadamente! ¡Dije, alegadamente!».
«¡Te pasaste de la raya, Charbo!», sentenció por su parte Dios, Creador del Universo, del Hombre y del Ornitorrinco, refiriéndose a la asediada legisladora por su apodo callejero. «Y no lo digo porque hayas hecho un chanchullo para robarle dinero al Pueblo mientras te cantabas la más santa –¡después de todo, ese es el modus operandi de muchos de los líderes religiosos que usan Mi nombre para lucrarse! La razón por la cual te tiré a mondongo es porque de esos chavos que te robaste no me diste ni un chavito prieto a mí, el ente Todopoderoso y Omnisciente que por alguna razón necesita el 10% de tu salario. Puedes robarle a los puertorriqueños que votaron por ti todo lo que tú quieras; puedes llevarte arrastrada a toda tu familia a la cárcel contigo, si gustas… ¡pero a tu mago celestial invisible favorito, más vale que le ofrendes lo que le debes, canto ‘e mordí’a!».
Se supo que el Creador le envió una factura a Tata la cual indica que «si quieres que Yo vuelva a favorecerte, Me tienes que pagar de manera inmediata lo que me debes: el diez por ciento de lo que te robaste, ¡más una ñapita de 5% más, por haber sido tan gansa!».