«Si alguien dentro de la Casa Blanca ha osado hacerle la vida cuadritos al Querido Líder Donald Trump y menoscabar su poder», cuestionó el gobernador Ricky Rosselló en voz alta (bien alta, como la de Mickey Mouse), «¿será posible que algunos miembros de mi gobierno sean nada más y nada menos que agentes populetes de clóset que intentan arruinar mi mandato? ¿Será por eso que todo está patas arriba en esta Isla? ¿Será por eso que no he dado pie con bola desde que juramenté al cargo? ¿Será por eso que estoy ganando el ‘Guorst Góbernor Ébar Aguard’?». A esto, los miembros de su gabinete secamente replicaron al unísono: «Nope!«.
«Aquí nadie está secretamente desobedeciendo tus mandatos, Ricky, así que no nos eches ese perro muerto encima a nosotros», afirmaron unánimemente los altos funcionarios del gobierno estatal. «Simplemente estamos siguiendo tus órdenes e implementando tus decretos al pie de la letra, mientras en la privacidad de nuestras guaridas seguimos velando la güirita, sobando a un gato blanco y riendo ‘¡Ñaca ñaca ñaca!’ al ver cómo no pegas una ni con chicle. Estamos aquí esperando comoditos a que tu cuatrienio implote pa’l carajo para así poder postularnos nosotros en las próximas elecciones. Aquí nadie está obrando en contra tuya, Ricky… ¡más que tú mismo, obviamente!»