«Bonanza, papá. Bonanza. ¡Qué mucho periódico voy a vender!», confesó bajo condiciones de anonimidad el hijo de un fundador de uno de los periódicos de la Isla. «Ya tenemos las entrevistas cuadrá’s. Tengo al joven que llegó a Orlando a buscar un mejor mañana y que está emocionado con emitir su primer voto. Tenemos a la humilde señora de 60 años del centro de la Isla, que luego de verse forzada a mudarse el año pasado, no puede creer que está teniendo un rol en la elección de la primera presidenta en la historia de los Estados Unidos. O sea, vamos a correr con esto hasta que la maquinita de hacer dinero no dé mas na'», celebró.
Al aclararle que bajo los márgenes de victoria que reflejan las encuestas para Hillary Clinton, el voto puertorriqueño no puede ser matemáticamente el que decida la elección, nos soltaron a los perros y tuvimos que arrancar despavoridos.