«Ya tiré el pesca’íto. Ahora a esperar que ese teléfono rompa a sonar con la gente implorando que me quede. Sí. Ya mismito. En algún momento», declaró el gobernador, mirando el celular que ha yacido inerte en la mesa durante los últimos días. «Tienen que reconocer que es tremenda estrategia. Los buitres andan rondando hace rato: Ingrid Vila me ha estado tirando a mondongo en los periódicos como si nunca hubiera sido parte de la administración. Bhatia no descarta nada. Bernier, pues ya vieron, esperando a que me quite, y si no, pues corre pa’ senador. Y Carmen Yulín, nah, esa está apostando a la pela que nos va a dar Ricky. El punto es que ninguno de ellos me va a poder retar cuando las huestes imploren que me quede. Es cuestión de que ese teléfono suene sin cesar. Es que nadie se atreve a romper el hielo por respeto a mi dizque proceso de deliberación, pero a la que suene una vez… ¡no va a parar de sonar! ¡Alejandro 2016, probablemente!», exclamó.
Al final de la entrevista, el teléfono finalmente sonó, pero para desilusión del mandatario, resultó ser su esposa pidiéndole que fuera a recoger a los nenes a la escuela.