«¿Cuándo es que empiezan a llegar todos esos temporales al Caribe?», preguntó anhelante la reverenda y mujer que enseña y ejerce autoridad sobre el hombre en vez de callar Wanda Rolón mirando con desespero la sección de El Tiempo en Wapa TV. «Porque de cierto os digo que, cualquiera que sea el primer huracán que nos traiga aunque sea unos aguaceritos dispersos, será diáfanamente por culpa de los pecaminosos y repugnantes matrimonios homosexuales que la Corte Suprema nos enhocicó por ojo, nariz y boca», sentenció, sin explicar exactamente cómo alguien le puede meter algo simultáneamente por el hocico, el ojo y la boca. «Es más, aunque sean solo unas lloviznitas de esas que solo revuelcan la calor, habrá que achacárselo a esos gays egoístas exigiendo derechos y protecciones matrimoniales como si fueran ‘ciudadanos’ ‘normales’ y ‘corrientes'», dictó la «cristiana» y «piadosa» «mujer de ‘Dios'».
«Y no tiene ni que ser un huracán así que digan ‘¡Qué bruto, pero qué tronco ‘e huracán!'», aclaró por su parte el reverendo Jorge Raschke. «También podría ser un temblorcito de esos que como que no quieren la cosa, pero que de todos modos embarran a medio mundo en la Isla. Lo que importa es que sea un fenómeno completamente natural e inevitable al cual nosotros podamos apuntar y declarar como ‘castigo divino’ por la causa que le convenga a nuestra pataleta du jour (ya sea el aborto, los derechos a los homosexuales, o que nuestras iglesias tengan que pagar impuestos). Y aprovecho la ocasión para adelantarles que, si en algún momento la legislatura se nos pone payasa y amenaza con hacernos pagarle a Hacienda lo que si estamos siendo honestos le debemos, será una hecatombe de tamañas proporciones… ¡ahí sí que Dios castigaría esta isla hereje, mordí’a y malagradecida con vientos huracanados estilo Mazinger Z!».