A principios de mes, la Cámara de Representantes aprobó una medida que designaría el primer jueves de mayo como el «Día Nacional de la Oración», seguramente porque ya habían resuelto todos los problemas del país y porque hacía tiempo que no se pasaban la completa separación entre la Iglesia y el Estado por donde no les da el sol. El autor del proyecto de ley, Víctor Vassallo Anadón, explicó que «esta medida finalmente pone a Puerto Rico en el mismo plano que los Estados Unidos, que ya había designado el Día de la Oración a nivel federal. No podíamos permitir que el gobierno federal siguiese acaparando la atención del Todopoderoso con sus súplicas organizadas y legislativamente sancionadas, mientras que nosotros, que estamos en la prángana, solo contábamos con un rueguito por aquí, un recito por acá y una plegarita por allá, todo desordenado… ¡tú sabes, bien a lo boricua!».
Sin embargo, el Creador no vio con buenos ojos la intención de la Cámara: «¿Acaso no dije Yo famosamente en Mi best-seller mundial: ‘Ayúdate, que Yo te ayudaré’? ¡Jelou! Lo dije precisamente para que no viniera un reguero de gente cómoda y recostá’ con súplicas y rogativas a ponerse a reclamar… ¡pónganse a hacer, por el amor de Mí!». El Señor instó a la legislatura a mejor exhortar a la ciudadanía –y a los mismos legisladores– a ponerse a trabajar en vez de simplemente «pedir cacao»: «Y cuando digo ‘pónganse a trabajar’ no me refiero simplemente a conseguir un empleo, porque sé que la piña está agria y no hay suficiente azúcar en el mundo para endulzarla: me refiero a, literalmente, hacer algo por la patria. Manifiéstense en contra de lo que es injusto; luchen por los derechos de las minorías; exijan que se prohíba escuchar el reggaetón públicamente… ¡no sé, hagan algo!».
Al preguntarle a Yavé si había tardado tanto en opinar sobre el tema porque estaba demasiado ocupado atendiendo las súplicas de niños con cáncer o de africanos muriéndose de hambre, este replicó: «No, para nada: las oraciones de los africanos Yo no las entiendo porque no hablo jeringonza: ¡mala de ellos por no hablar en buen cristiano! Y los nenes con cáncer son cosa aparte, porque con ellos Yo estoy Obrando de Manera Misteriosa®. La razón por la que he estado ocupado es por todos los eventos deportivos alrededor del mundo: ¿saben ustedes cuánto trabajo cuesta escuchar tantas plegarias para que gane el equipo tal o el equipo cual, y tener que ponerse uno a tirar números a ver cuál debería ganar? ¿Cuándo se supone que saque tiempo Yo para escuchar los ruegos de tantos puertorriqueños pa’ que les quite esa pelambrera que tienen encima, si tengo que decidir qué equipo debe sacar más puntos?».