La investigación federal en cuestión se centró en Annelise Figueroa (exvicepresidenta de Doral Bank) y Rolando Rivera Solís (vicepresidente de San Juan Tropical Maintenance Services) quienes idearon un ardid para defraudar a la institución bancaria de 2.3 millones de dólares. La exfuncionaria del banco alegó que un jugoso contrato que Doral le otorgó a Rivera Solís fue remuneración por un ritual santero que este realizó a favor del banco, pero que esto no debe sonar tan descabellado porque el caimán involucrado el la ceremonia «era un hábil contable –con licencia de CPA y to’a la pendejá’– que simplemente nos ayudó a tirar números, cuadrar cuentas y convencernos de que la transacción económica que queríamos realizar nos sería favorable. Por Dios, ¿qué creían, que el reptil simplemente fue sacrificado en un intrincado ritual yoruba invocando el favor de Changó, Ogún y Yemayá? ¡Eso sí que sería una pelada!», rio burlona.
El lagarto en cuestión confirmó que en efecto estuvo en las oficinas de Doral Bank en el 2007, pero negó que su presencia tuviera que ver con el alegado ritual santero: «Lo primero es que hay que ser bien bestia para pensar que la ceremonia yoruba para garantizar el éxito económico involucra un caimán… ¡cuando es harto sabido que lo que involucra es un carey!». El reptil añadió: «Además, yo estuve ahí porque soy un Contador Público Autorizado y el banco quería que alguien de afuera con mis credenciales verificara que el negocio en el que estaban incursionando fuera económicamente viable. ¡Por favor, si hubieran querido un caimán para hacer santería, créanme que se hubieran conseguido uno de esos vulgares y corrientes de pantano, no uno profesional que les cobra $50 la hora!».