Los periódicos puertorriqueños han esencialmente deforestado medio Amazonas imprimiendo edición tras edición repleta de minuciosos detalles sobre el alegado romance entre Topy Mamery –esposo de la cantante Yolandita Monge– y Shalimar Rivera; esto, a pesar de que, a todas luces, lo que ellos hagan o dejen de hacer no es asunto de absolutamente nadie más y no tiene repercusión social o política alguna. Con titulares salaces tales como «A Topy le gusta el threesome«, el magacín / papel de inodoro tamaño plus Primera Hora se aseguró de capturar la atención del lector boricua, antes de que este, en un súbito ataque de conciencia, advirtiera cuán totón es leer artículos sobre la vida íntima de tres extraños cuando es más fácil mirar por la ventana y ver cuál de los vecinos está en alguna movida bochornosa.
«A la verdad que fui bien pero que bien tonto», admitió Serafín Narváez, quien confesó haber seguido la saga Mamery-Monge-Rivera desde sus comienzos. «Tanto tiempo malgastado leyendo sobre cómo Topy Mamery corre hasta de capota. O sea, este señor no ha hecho nada por la humanidad: no ha curado el cáncer, no ha procurado la paz mundial… ¡ni siquiera ha producido un programa de televisión que valga la pena! Ciertamente hay cosas más importantes sobre las cuales ponerme al día, y publicaciones más importantes que Primera Hora para leer», concluyó, usando la última edición de dicho periódico para forrar la jaula de su cocatiel.
Reaccionando ante la reciente epifanía boricua sobre la absoluta irrelevancia de la vida sentimental de Topy Mamery, un editor de Primera Hora comentó: «Mala nuestra por darle tanta importancia a un tema que es, francamente, completamente baladí. Fue un error nuestro como reporteros, no tanto por no comenzar nuestros artículos haciéndonos las preguntas básicas del periodismo –¿quién? ¿cuándo? ¿cómo? ¿por qué?–, sino más bien por no hacernos ni siquiera la más fundamental: ¿a quién carajo le importa? Qué remedio: ¡nos tocará ahora encontrar temas de relevancia social que tratar, y pasar trabajo reportando sobre ellos!».