Por: El Rata
El fuego, cuyas llamas arroparon un solar repleto de gomas usadas, comenzó en el 2008 en el barrio Tallaboa de Peñuelas, y varios intentos de extinguirlos a través de los años resultaron infructuosos. «¡Lo que tengo yo aquí es tremendo guiso!», comentó felizmente el siniestro (palabra que estamos legalmente obligados a utilizar al referirnos a un incendio, como buenos pichones de periodistas boricuas que somos). «Dime tú, ¿en qué otro trabajo uno tendría esta misma seguridad laboral con las cosas como están hoy día? Ni siquiera los empleados de gobierno están seguros que mañana no vendrán y los botarán como bolsa o que eliminarán la agencia para la cual trabajan… ¡pero un incontrolable incendio de gomas, eso sí que dura por los siglos de los siglos! Total, ¿a quién le importa la salud de docenas de peñolanos? ¡Ciertamente a nadie que haya trabajado en Integrated Waste Management durante los últimos seis años!».
Irónicamente, a escasos días de ser tildado como el «Empleo Más Seguro en Puerto Rico», la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés –OB-vio, porque si fuera en español sería «APA») tomó cartas en el asunto y logró, finalmente, extinguir las llamas. «Me da mucha lástima saber que hayan cesanteado a ese incendio después de todo este tiempo», declaró apesadumbrado Francisco Muñoz, vecino del barrio aledaño al siniestro. «Ya estábamos acostumbrados a despertar todas las mañanas con el cáustico aroma de ácido metilencarboxílico en el aire y una irritante nube de humo grisáceo en los ojos. ¿Cómo conseguiremos ahora aspirar nuestra dosis diaria de químicos indudablemente tóxicos?», se lamentó quejumbrosamente el futuro paciente de cáncer del pulmón.
Anabel Narváez, portavoz del Departamento del Trabajo y Recursos Humanos, lamentó que esta intervención federal por parte de la EPA le haya dado la estocada final a lo que otrora fuera la plaza de mayor longevidad en Puerto Rico. «Como se están perdiendo empleos a diestra y siniestra en la Isla», explicó Narváez, «es una pena que ahora también se haya desvanecido el antes seguro puesto de ‘Fuego de Gomera’. O sea, si no podemos contar con la apatía de una agencia privada y la incompetencia del gobierno local para que un peligroso y dañino incendio de gomas continúe ininterrumpidamente, ¿con qué podemos contar?», preguntó la portavoz, temiendo que la respuesta a su pregunta retórica sea «con que los boricuas sigan cogiendo la juyilanga y buscando trabajo fuera de la Isla».