El escándalo que tronchó la carrera política de Bridget Anne Kelly comenzó cuando se supo que los tapones que experimentó por días el puente que une la ciudad de Fort Lee en Nueva Jersey con el estado de Nueva York fueron causados adrede. Presuntamente parte de un estudio de tránsito, los cierres de carriles en ese puente fueron en realidad realizados con el propósito expreso de causarle problemas al alcalde de Fort Lee, el demócrata Mark Sokolich, quien alegadamente o no apoyó la candidatura de Christie, o lo llamó «gordito pamplón» a sus espaldas (o probablemente ambas). Según portavoces del DTOP, «ese talento de ocasionar congestionamientos infernales con premeditación y alevosía es algo que valoramos en nuestra agencia: ¡porque hablando claro, muchos de los tapones que causamos nosotros se dan incidentalmente!».
El Director de Manejo de Tránsito del DTOP es la persona encargada de asegurarse que los tapones alrededor de la Isla sean más impredecibles que un bipolar sin litio, y que nadie nunca sepa a ciencia cierta dónde y a qué hora podrá encontrarse una congestión de tránsito que le arruine sus planes. En su nuevo rol, Bridget Anne Kelly asumirá la responsabilidad de asignar policías de tránsito a semáforos que no los necesitan; cerrar carriles de la autopista por millas, días antes que lleguen las brigadas de construcción; y escoger las horas más inconvenientes para asfaltar las carreteras. Su ambicioso nuevo plan procongestionamiento incluye: convertir más carriles para que sean reversibles (y que así nadie se atreva a usarlos por temor a chocar con alguien de frente); poner los semáforos a parpadear en rojo durante la hora de almuerzo y a la hora de salida del trabajo; y fingir sangrientos accidentes automobilísticos en el paseo para que los presenta’os guíen a paso de tortuga al intentar ver si conocen a alguna de las víctimas.
«Cuando le hice al alcalde de Fort Lee mi vengativa trastada estilo mala de telenovela mexicana», explicó Kelly, «solo fue cuestión de cerrar unos carriles en un puente sumamente transitado: francamente, eso fue child’s play. Sin embargo, aquí en Puerto Rico el DTOP me ha dado una oportunidad inigualable de expandir mis horizontes y utilizar mis talentos jodedores para mantener al conductor boricua en el tres y dos al cual está acostumbrado. Con esto de que cada año más y más de puertorriqueños están cogiendo la juyilanga, nos arriesgamos peligrosamente a que llegue el momento en que se comiencen a despejar las carreteras. Not on my watch!«, prometió tenazmente.