Una de las imágenes difundidas alardeaba que se había creado 25,000 empleos a lo largo de 20 ferias de empleo, y que 60,000 empleados públicos habían recibido aumentos salariales de $100 a $150. Lo que la gráfica no dejó claro, sin embargo, es que esos miles de empleos son internados no pagados para los artistas gráficos responsables de crear esas mismas imágenes de auto lamida de ojo; que nadie se enteró de la ferias de empleo antes de que ocurrieran; o que los aumentos de salario mentados era de $100 a $150 al año. Los tuits que diseminaron las imágenes contaban con la etiqueta «#APasoFirme», sin duda porque usar «#PeorEsNa'» hubiera sido demasiado honesto y nadie se mete a la política para cantarlas claras.
Raúl Luis Peña Jiménez, uno de los 25,000 internos expertos en diseño gráfico que recién fue contratado por el gobierno para trabajar sin paga, explicó el modus operandi en la oficina donde trabaja: «Básicamente nos dividimos en dos grupos: el primero tiene como misión inventarse presuntos logros de la administración actual –preferiblemente datos difíciles de verificar, o fraseados de manera que puedan ser ciertos o no dependiendo de cómo se interpreten. El segundo grupo escoge los que parezcan más contundentes, los acomoda en una imagen que resalte los datos más impactantes y menos creíbles, y les añade la etiqueta de Tuíter y el lema totón du jour (como por ejemplo ‘Un Año de Avances’, ‘Promesas Cumplidas’, o ‘Les Juramos que Estos No Son Embustes Descarados’)». Al preguntarle cuál es el propósito de hacer que personas con preparación en las artes gráficas también sean quienes originen el contenido factual de las imágenes, Peña Jiménez replicó: «Bah, qué importa: todos tenemos mangas, y sacarnos logros de estas es lo más fácil del mundo».
«Nuestro equipo de veinticinco mil diseñadores gráficos tiene como misión el cuidadosamente crear la realidad de la gesta de mi administración», confirmó Alejandro García Padilla. «Sí, claro: podría dedicarme a entender mejor las finanzas del país; a estudiar los mecanismos legales que otras jurisdicciones semejantes a la nuestra han utilizado para salir de la prángana; o simplemente a sentarme con expertos de los diferentes sectores que afectan la economía de la Isla — ¡pero eso suena a demasiado trabajo, y esto de sacar grafiquitas pregonando logros de cuestionable veracidad es mucho más fácil!». El gobernador añadió: «De verdá’ de verdá’, al final de cuentas no es mucho lo que ningún gobierno –¡ni siquiera uno más competente que el mío!– pueda hacer para mágicamente arreglar algo tan complejo como la economía de un país de buenas a primeras. ¡Pero pueden estar seguros que ese hecho incontrovertible nunca aparecerá en ninguna de mis grafiquitas promocionales!».