Las denuncias de cheques de reintegro rebotando fueron incoadas por el representante Antonio «Toñito» Silva, quien supo de un contribuyente que cuando intentó cambiar su cheque en efectivo en el Banco Popula, fue notificado que tendría que depositarlo primero. La secretaria del Departamento de Hacienda, Melba Acosta, rápidamente intentó aclarar la situación: «Mi gente, no es que nuestros cheques reboten como si estuvieran hechos de goma — ¡es que Hacienda tiene un historial de ser tan malapaga que los bancos no confían en nosotros y exigen que sus clientes depositen nuestros cheques antes de poder cambiarlos! Espero que esta información desmienta todos estos malintencionados rumores y tranquilice al contribuyente», comentó, sin tranquilizar a nadie.
Sin embargo, para evitar que cualquier cheque de reintegro no pueda ser depositado por falta de fondos, el Departamento de Hacienda se autoaprobó un aplazamiento a la hora de enviar dichos reembolsos contributivos. «No veo por qué la gente se queja tanto de lo ineficiente que es Hacienda a la hora de manejar su papeleo», se expresó intrigada la secretaria Melba Acosta, cuyos padres aparentemente desconocen que ese nombre se escribe con uve y no con be. «Yo llené esta solicitud de prórroga, se le di a mi secretaria, y acto seguido el documento apareció sobre mi escritorio esperando solo mi firma para ser aprobado. ¿Qué podría ser más fácil que eso?», preguntó retóricamente (aunque la respuesta es: «Maripily con dos o tres palos encima»).
Gracias a la extensión de desembolso que se autopermitió Hacienda, los cheques de sobrepago contributivo seguirán enviándose «en un mes, o dos, o cuando aparezcan los chavos», lo cual, según Acosta, podría ser «el martes después de nunca». «Esperamos que ningún contribuyente esté contando con ese dinerito del reintegro», explicó la secretaria de Hacienda, «porque a decir verdad, si nos pagaron impuestos de más durante el año, lo más probable ya nos los gastamos. ¡Mala de ustedes por ser tan penzuacos y darnos chavos de más!».