José «Joíto» Pérez, el senador cuyo nombre parece inventado por nosotros pero no lo es, testificó que tenía «amigos lésbicos, de todas las nominaciones sexuales, por así decir», demostrando no solo que desconoce el significado de la palabra «lésbico«, sino probablemente también el de la palabra «amigo». Claro está, la ingente cantidad de panitas lésbicos de Joíto no logró que este votara a favor de la medida, ni tampoco lo salvó de que la banda «Los Amigos Lésbicos» lo emplazara por «uso no autorizado de nuestra marca; injuria y difamación; y poner nuestro nombre en boca de alguien que evidentemente no tiene un diccionario o no sabe cómo usarlo».
La banda de rock en español, conocida por éxitos tales como «Sinfonía Sexual», «68 + 1» y «No se Apene», denunció que el nombre de su agrupación sea arrastrado por el lodazal de la política partidista (sin ni siquiera haberle pagado regalías por el uso). CheLu, el vocalista, explicó: «Eso está como cuando [el exgobernador] Pedro Rosselló se metió a mono y se puso a usar canciones de Ricky Martin en sus actividades de campaña y Ricky tuvo que darle un tapaboca», recordó, con un sorpresivo dominio de bochinches políticos puertorriqueños de antaño. «Si el tal Joíto quiere relacionar nuestro nombre con las barrabasadas que estaba diciendo con su boquita de comer, ¡que al menos nos pague!».
La agrupación, oriunda de Uruguay o Paraguay o algo por el estilo, se definió como «férreamente a favor de la igualdad y en contra de las posturas decimonónicas» y aprovechó la situación para recriminarle al senador novoprogresista que usara la presunta amistad de este con miembros de la comunidad LGBTT en el mismo discurso que pretendía argumentar a favor de que se les pueda discriminar en el empleo. Anton, el baterista de la banda, concluyó en su adorable acentito Univisión: «¡Es como si yo dijera que tengo muchos amigos retrógrados y montunos y a la misma vez expresara mi apoyo a una ley que prohibiese que Joíto sea legislador!».