«Pa’i, no es pa’ que nos tiren a matar cuando nos metamos en sus casas, ¿vite?», amonestó José «Chencho» Gutiérrez, un atracador cuyo modus operandi consiste en meterse en casas de guaynabitos y robarles hasta los clavos de la cruz. «El Súper nos está bregando bien Chicky Starr con eso de recomendarle a la gente que no disparen para herirnos, sino pa’ matarnos. Yo les aconsejo que mejor disparen a wipipío y no le den a na’, y así sale todo el mundo contento: nosotros los cacos terminamos con sus pertenencias, y ustedes con una historia interesante que contarle a los vecinos. ¡Güin-güin!».
Luis «Tito Drácula» Torres, otro delincuente de los que le están haciendo la vida cuadritos a la uniformada, opinó que «lo que dijo Pesquera es claramente para que la gente común y corriente nos llene de plomo a nosotros, los miembros de la clase hurtadora, ayudando así a la Policía (que por su cuenta nunca resuelve ningún crimen). Ahora que en cada hogar va a haber un Dirty Harry preguntándole ‘Do you feel lucky, punk?‘ a cada maleante que se tope en la sala, la Policía solo tendrá que recoger cadáveres de cacos en vez de resolver crímenes. ¡Así es más fácil que Maripily!».
Las expresiones del Superintendente de la Policía fueron igualmente repudiadas por Juan Dalmau, candidato a la gobernación por el Partido Independendista Puertorriqueño, quien las tildó de «descaradas», «grotescas» y «colonizantes». «¿Cómo es posible que el jefe de la Policía esté exhortando a la ciudadanía a entrarle a tiros a los criminales, como si se tratara de una película de John Wayne o Los Ángeles en los ochentas?», inquirió Dalmau exasperado. Al preguntarle cómo a su parecer debería actuar una persona ante una invasión del hogar, el candidato replicó: «Ah, yo solo hablaba por meter la cuchara y joder la pita: ¡honestamente no se me ocurre nada más sensato que llenar de plomo al delincuente antes de que te llene de plomo a ti!».
Por su parte, el gobernador Luis Fortuño defendió a brazo partido las expresiones del Superintendente de la Policía, asegurando macharranísticamente: «Yo sé lo que yo haría en mi caso». Abundando sobre su respuesta, sin embargo, el primer mandatario admitió que gritaría a todo pulmón para su escolta dispusiera del maleante mientras él se escondía debajo de la cama.