«El acoso escolar es una situación muy penosa que tenemos que atajar de inmediato», aseguró Rivera Schatz recostado de la puerta del baño público del Capitolio. «Si hay algo que no tolero yo es un bravucón — donde la definición de ‘bravucón’ es primero que nada alguien que se atreva a llevarme la contraria a mí», aseveró, ignorando los gritos deseperados de los representantes aprisionados. «¡Si solo hicieran lo que yo digo, no estarían ahí encerra’os con esa peste a abomba’o!», les recriminó Rivera Schatz desde afuera.
Según Jenniffer González, la presidenta de la Cámara de Representantes, una de las razones por las cuales la cámara baja ha aguantado el proyecto es por objeciones de algunas escuelas privadas. «Todos sabemos que los estudiantes de escuela privada vienen de familias adineradas, y son muchachitos bien portados que nunca hacen bullying«, opinó González. «Aprobar esta ley implicaría imponerle una carga administrativa innecesaria a los directores de dichos planteles, que ya bastantes preocupaciones tienen bregando con to’s esos nenes pobres que se cuelan en sus instituciones. ¡Y no importa cuántos atomic wedgies me dé Rivera Schatz cuando yo no esté mirando, no vamos a pasar esta ley!», tronó la presidenta cameral ajustándose las pantaletas.
Juan Quevedo, un activista de la comunidad homosexual, manifestó su rechazo «al atropello por parte de Thomas Rivera Schatz y su continuo desdén para con la comunidad gay». Al informársele que en esta ocasión es él quien está proponiendo una ley para proteger a jóvenes homosexuales, Quevedo respondió boquiabierto: «¿¡Que QUÉ!? ¡Em-BUSTE! Ok, en realidad no sé qué decir: no puedo bregar con este tipo de matices de personalidad. ¿Por qué Rivera Schatz no puede ser odiosamente homofóbico todo el tiempo, para que sea más fácil detestarlo consistentemente?».
Por su parte, el presidente senatorial, famoso por apagarle los micrófonos a los senadores de la minoría, juró que no dejará salir a ninguno de los representantes atrapados en el baño hasta que todos prometan aprobar su medida en contra del acoso escolar. «Así tenga que meterme yo allá adentro, meterlos de cabeza al inodoro y luego darles piña loca a cada uno de ellos, ¡yo me aseguraré que pase mi ley contra el bullying!», prometió Rivera Schatz sin un ápice de ironía.