El padre Guillermo Nadal explicó: «La Iglesia Católica, eterno bastión de modernidad, quiere asegurarse que el santoral le sea útil al creyente de hoy día. Por ejemplo, tradicionalmente San Sebastián (o ‘SanSe’, como se conocerá de ahora en adelante) se ha asociado con ser el patrón de los soldados, las plagas y las flechas, pero eso no es algo que le pueda servir al feligrés actual. O sea, las Fiestas de la Calle San Sebastián son un revolú increíble y tienes que estar pendiente de que no te roben la cartera o que te pisen un callo, ¡pero la cosa todavía no está tan mala como para que uno tenga que preocuparse por recibir un flechazo!».
Luego de mucho estudio y deliberación, se decidió que se le asignaría a San Sebastián el patronazgo de no comprar artesanías caras, «respondiendo a la realidad boricua de ir a las Fiestas a novelear, ver el tremendo despliegue de artesanías en exhibición a lo largo de la calle, y luego no comprar na'». Entre las sugerencias de posibles patronazgos para el mártir que fueron descartadas figuran: «santo patrón de beber hasta las tantas»; «santo patrón de estar en un tapón de tres horas para entrar al Viejo San Juan»; y «santo patrón de la joda». Esta última fue descartada porque los sacerdotes deploraron la palabra de connotación vulgar, «porque la Iglesia Católica tolerará curas pedófilos, ¡pero con malas palabras no transamos!».
El cambio fue recibido con beneplácito por los asistentes de las Fiestas de la Calle San Sebastián, quienes entienderon cabalmente el porqué del nuevo patronazgo. «La verdad es que uno viene aquí y ve una de bellezas de artesanías», aseguró Evelia Rodríguez luego de regresar de las Fiestas, «pero cuando ves el precio, lo sigues de largo. Por ejemplo, vi unas aves talladas en madera que estaban hermosas, ¿pero quién tiene $5,500 para gastar en una artesanía? Digo, me refiero a personas normales — ¡estoy excluyendo a guaynabitos riquitillos, claro está!
Si los católicos boricuas aceptan de buen grado la modernización del santoral, la arquidiódesis local se prestará a buscarle patronazgos más útiles a otros santos, a saber: «San Juan» será el patrón de recibir un balazo ajeno mientras transitas sobre calles aboquetadas; «San Lorenzo» será el patrón de los municipios famosos solo porque Chayanne es de ahí; y «San Tini» será el patrón de las tarjetas navideñas de mal gusto y del uso guilla’íto de la cocaína.