Rivera Guerra, quien también está en líos por tener dos residencias sin inscribir en el Centro de Recaudaciones de Ingresos Municipales (CRIM), ha sido asediado tanto por miembros de su colectividad como por los del Partido Popular. «Me güele que ya mismo [el gobernador Luis] Fortuño vendrá con su showcito de hacerse el más ecuánime y me pedirá la renuncia«, vaticinó el aguerrido representante. «Es por eso que ya estoy haciendo planes de cómo buscármelas cuando me pongan de patitas en la calle… ¿y qué mejor manera que aplicando las prácticas jaibísticas que me metieron en líos en primer lugar?».
El político anunció que «por un módico precio» estaría dispuesto a «ayudar a otros ciudadanos quienes, como yo, no están en las de ser estafados por la Autoridad de Energía Eléctrica o la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados: o sea, tener que pagar sus facturas como Dios manda». Él instalará tanto «pillos» de luz como «arrima’os» (para aquellos clientes más escrupulosos que quieran dividir sus gastos con los de un vecino, en vez de simplemente robarse la luz). «Aunque como están las cosas, ¡esos escrúpulos les saldrán algo caritos!», advirtió.
El representante no quiso dar detalles sobre dónde estará establecido su nuevo negocio de electricista y plomero aficionado, principalmente porque, según confesó, «el local donde pienso montar la oficina no está muy inscrito al CRIM que digamos, ni obtuve los permisos de uso y construcción… y acá entre nos, ¡es posible que las escrituras ni siquiera estén a mi nombre! Pero, no importa: si no me han metido a la cárcel por esos otros chanchullos, ¿qué diferencia hace otro más? ¡Pa’ algo soy legislador!».