Pierluisi, cuyos logros políticos incluyen [poner algo aquí cuando averigüe qué rayos ha estado haciendo ese bacalao en D.C.], explicó que «no debe sorprenderle a nadie que mi oficina haya gastado $2.1 millones en el 2010, porque cuando no estás haciendo nada, tienes que ponerte a correr de arriba pa’bajo como puta para dar la apariencia de que estás haciendo algo. ¿Qué tanto dinero debe tomar sentarse en par de comités y no poder votar en el pleno de la Cámara? ¡Ninguno! Pero engatusar a medio mundo y hacerles creer que estoy haciendo algo por la patria, ¡eso sí que toma chavos!», exclamó, sin especificar a qué «patria» se refería.
El exceso de gastos de fondos públicos es solo la última de las acciones de la administración pluscuamrepublicana de Luis Fortuño en generar antipatía por sus correligionarios en la esfera federal. El activista conservador Mark Krikorian, quien recientemente amonestara a Fortuño por usar el pronombre «nosotros» para referirse a los Estados Unidos, criticó ahora a Pierluisi por «gastar dinero como demócrata alimentando a nenes pobres». «Tienen que entender algo estos marroncitos igualados que osan llamarse ‘republicanos'», indicó Krikorian. «Ser republicano es mucho más que simplemente querer sacar el gobierno de tus finanzas pero meterlo en tu vida privada, o tenerle antipatía a los inmigrantes hasta que llegue la hora de mendigarles el voto. Ser republicano también implica demostrar responsabilidad fiscal y reducir los gastos del gobierno», aseguró, sin explicar sin embargo por qué los gastos que los republicanos sí consideran necesarios no cuentan al momento de reducir el presupuesto gubernamental. Al indicarle a Krikorian que en efecto Pierluisi no es republicano, sino demócrata, el activista replicó aliviado: «¡Ah, no en balde!».
En el desglose de los gastos incurridos por la oficina del Comisionado Residente se descubrieron «exorbitantes desembolsos de dinero y extravagantes lujos que hasta Saddam Hussein hubiera tildado de ‘decadentes'», según uno de los analistas financieros que hicieron la investigación. «Por ejemplo, el señor Pierluisi gastó más de mil dólares en hacerse una taza de café con el mensaje ‘World’s Best Territorial Delegate‘ y cientos de dólares en varias copias de los libros ‘So You Want to be a Powerless Representative‘ y ‘Federal Politics for Dummies‘ — quizás creyendo que poseer varios ejemplares de estos lo haría más inteligente». El informe también detalló cómo Pierluisi gastó dinero en viajes de estado a docenas de países, entre estos algunos de existencia sospechosa, tales como «Akinostán», «Embustonia» y «Luxemburgo».
No amedrentado, el Comisionado Residente aseguró que no piensa hacer ahorros en su oficina, «hasta no haber finalmente engatusado a todos los puertorriqueños haciéndoles creer que no estoy aquí perdiendo el tiempo hablando ante representantes apáticos a quienes le vale madre lo que diga alguien que no tiene poder político alguno». Al meditar sobre lo difícil que se le hará dicha faena, Pierluisi concluyó: «¡Tendré que comprarme un avión privado que diga ‘¡Puerto Rico Lo Hace Mejor®!’ por el lado, a ver si así alguien por fin se cree que soy importante!».