«Por más que nos duela admitirlo», confesó el superintendente de la Policía, José Figueroa Sancha, «estos individuos vestidos de oficiales de la ley y el orden completaron un operativo de la manera más exitosa posible, y tenemos que quitarnos el sombrero ante ellos». Los sujetos, quienes le hiceron creer a los policías que custodiaban el Polígono de Tiro que el atraco se trataba de una inspección sorpresa, lograron salir del local con más de cien armas, dejando a los policías atados y desnudos. «Es que te digo, eso parecía una escena de una película de Jerry Bruckheimer», admitió Figueroa Sancha. «¡Es más, deberíamos venderle a él los derechos de la historia y sacarle par de chavitos a esta pendejá’!».
El Superintendente continuó: «No recuerdo ningún otro operativo policiaco en el cual nuestros agentes hayan podido incautar tantas armas, y para colmo sin tener que pegarle un tiro a nadie. Es por eso que, cuando averigüe quiénes son estos individuos, lo primero que haré será convertirlos en oficiales, y lo segundo será otorgarles la Medalla de Honor por Ejecutoria Ejemplar». Figueroa Sancha loó a los sujetos por «no tener que recurrir al asesinato para cumplir su objetivo: ¡es más, deberían enseñarle a mis agentes cómo se siente tener tanto auto-control!».