Itzamar Peña, la senadora quien presentó la resolución, aseguró que «sólo quedándonos en Palmas del Mar podremos apreciar lo que perdería este país si permitimos que este hermoso resort quiebre. ¿Dónde más puedo jugar un poco de tenis, luego un poco de golf, y después, to’a sudaí’ta, darme un chapuzón en la playa en tanga?», preguntó Peña retóricamente, causando retortijones entre todos los presentes.
El presidente del Senado, Thomas Rivera Schatz, explicó la gesta legislativa mientras reposaba a la orilla del mar: «Esto que estamos haciendo aquí demuestra el tesón que el Senado puertorriqueño tiene para con cualquier empresa que esté sufriendo en este ambiente económico. No importa si dicho negocio es de personas ricas, adineradas o multimillonarias: esta legislatura estará ahí defendiendo los intereses especiales de todo el mundo, ¡ya sean penepés, estadistas o de la Palma!».
Manuel Montés, propietario de la Ferretería Montés, apreció el interés de los legisladores para con sus votantes. «¡Esta gente sí que se preocupa por los suyos, coño!», exclamó el negociante con satisfacción. «Me encanta saber que el día que mi negocio empiece a tener pérdidas, ¡tendré a decenas de senadores radicando resoluciones y visitando mi tienda día y noche para estudiar la situación!».
Al escuchar las aseveraciones de Montés, Rivera Schatz aclaró: «Bueno, primero que nada tendríamos que revisar nuestra lista de donantes para ver qué tanto ‘estudiaríamos’ la situación fiscal de su negocio… ¡y a menos que no veamos una calcomanía de una palma en la ventana de la tienda, que no se vista, que no va!».