«Mera, ‘ocio, de ahora pa’lante las limosnas en las luces de San Juan van a sel de quince chavos en vez de una pejeta. Ya no hay excusa pa’ no dalnos ese menudito que tienes escondí’o en la consola del carro, ¿vite?», argumentó el líder del grupo, Alberto Cátala Yerba, mientras varios de sus compañeros limosneros celebraban bebiendo de sus respectivas canecas de ron Palo Viejo. «Ahora mijmo la limosna sale como a 8 pesos por milla», explicó, basando sus cálculos en el hecho irrefutable de que en San Juan existe un semáforo cada cien metros, y dos tecatos pidiendo en cada semáforo. «Ahora ese mijmo tramo va a salil en $4.83. Eso ej un ahorro de maj de 15 pesoj a la semana… ¡y libre de impuejto’! ¡Mira a vel si la gente del Teodoro Moscoso hace eso!», exclamó Cátala Yerba con impecable lógica.
El líder indigente, que dedica su tiempo libre a quedarse sin gasolina misteriosamente cada media hora para entonces pedir un pesito para poder llevar a su mamá a alguna de sus catorce citas médicas diarias, destacó que la tecata estrategia incluye tarifas de limosnas por volumen, así como un revolucionario plan de limosnas prepagadas mediante el cual el donante paga por adelantado su limosna, librándose del tecato por el resto del mes. «Digo, eso es si no se me olvida que ya me diste, ¿vite? ¡Nunca ha habido un mejol momento pa’ metelse a soquet… digo, a dador alegre, bendecí’o sea por Dios. Lo que me recuelda: manito, ¿tienej una peje… er, quince chavitos que te sobren pa’ comelme algo?», añadió, mientras extendía su vasito de Subway a los presentes.