Evidentemente el procedimiento para hacer desaparecer de la mente los malos recuerdos consiste en suscitar de nuevo las memorias que evocan terror y modificarlas, algo que Fortuño indicó no será problema alguno porque «si de algo estamos seguros es que en poco tiempo haremos alguna otra burrada que le recordará al Pueblo todos los despingues monumentales que hemos armado consistentemente». Los resultados de la investigación psicológica es ahora propiedad exclusiva del Gobierno de Puerto Rico, y Fortuño aseguró que el procedimiento sólo se aplicará cuando alguna situación de peso lo amerite, como por ejemplo «cada vez que [el Presidente del Senado] Thomas Rivera Schatz abra la boca y diga alguna repugnancia; cada vez que me renuncie otro miembro del Gabinete y yo tenga que forcejear con la Legislatura para que apruebe a mi nuevo candidato; y justo antes de las próximas elecciones, porsiaca».
El golfista pegacuernos Tiger Woods, por su parte, lamentó haber perdido la subasta en la que el Gobierno de Puerto Rico resultó victorioso: «¡Saber los secretos de cómo hacer que alguien olvide los malos recuerdos hubiera mejorado mi vida en muchas facetas!», exclamó el mujeriego atleta con zozobra mientras ojeaba catálogos de joyas carísimas, o como las conoce él, «Plan B».