San Juan, Puerto Rico – La semana pasada, el superintendente auxiliar de FURA, el coronel Juan Sánchez Colón, se convirtió en el hazmereír de la fuerza al pedirle al Superintendente de la Policía, Pedro Toledo, que investigara la posibilidad de comprar salvavidas para caballos, luego que uno de sus equinos por poco se ahogara en la playa de El Escambrón. Ya en el pasado, Sánchez Colón había manifestado también que se compraran luces de batería para colgarlas en los rabos de éstos para que la gente los viera cuando los usaran para patrullaje nocturno.
Se ven majestuosos, pero estos caballos tienen dos problemas: no saben nadar y tienen el culo cagao
Sin embargo, lo que era de por sí una serie de peticiones extrañas se volvieron más curiosas aún cuando ayer, en otra reunión de staff con el Superintendente, el coronel pidió abanicos con forma de rabo para que se movieran automáticamente y espantaran las moscas del trasero de los equinos, y linternas que pudieran ser colocadas en las gríngolas de éstos, dizque para alumbrar la carretera en sus patrullajes nocturnos. Airado, el Superintendente amonestó al coronel y rechazó fulminantemente ésa y cualquier otra petición futura relativa a los caballos. Después de un silencio sepulcral, el coronel anunció que tenía una confesión que hacer.
«Compañeros de la fuerza, no quería hacer esta revelación hasta que el momento fuera adecuado, pero la negativa del Superintendente a mi petición me fuerza a hacerlo. Ha habido una intención honorable detrás de estas peticiones. Ante la ola rampante de la criminalidad he estado ponderando seriamente qué hacer al respecto, y me dije: ¿Qué tal si puedo hacer un súper caballo «cyborg» que complemente a nuestros capaces agentes de la Unidad Montada? ¡Ustedes saben, como el caballo de Bravestarr! ¿No se acuerdan de esos muñequitos, de la misma gente que hacía He-Man? Que Bravestarr lo montaba como un caballo normal y despues se convertía, en mitad hombre y mitad caballo, con una escopeta biieeeeen grande. ¿No se acuerdan?», dijo con infantil entusiasmo ante la mirada bobina de todos los presentes.
«30/30», el caballo de Bravestarr, en la serie animada del mismo nombre que tuvo un breve momento de fama en los 80’s; aparentemente formó una parte importante de la juventud del coronel Sánchez y es su visión del futuro de la Unidad Montada de Puerto Rico
Ante las miradas atónitas de los demás oficiales, el coronel continuó: «Ok, lo admito, las lucecitas del rabo, eso está medio pendejo, pero tenía que empezar por algún lado, ya que no sé nada de implantes cibernéticos. Ponerles lucecitas parecía lo más facil de hacer pa’ empezar. Cuando por poco se me ahoga el caballo el otro día, pues razoné que obviamente iba a necesitar instalarles salvavidas a nuestros caballos «cyborgs» para que no se nos ahogaran tampoco. ¿Ven la perfecta lógica? Esto es algo bien planeado. ¿Ven? ¿Qué cree, Superintendente? ¿Me deja instalarle los abanicos ahora? Así se van a poder concentrar en luchar contra el crimen en vez de alejar las moscas. Chacho, van a ver cómo van a correr embarraos los tecatos cuando vean al caballo ése levantándose con escopeta en mano. Ven, soy un cabrón genio», proclamó el coronel. Aunque el Superintendente abandonó el salón sin opinar, pensamos que la propuesta está siendo considerada seriamente, ya que el cabrón gen… bueno, el cabrón ése sigue siendo superintendente auxiliar de FURA al cierre de esta edición.
Creemos que entendemos las intenciones del coronel, pero todos sabemos lo que va a pasar: como buenos puertorriqueños, los cabrones caballos van a acabar miqueando frente a los cafetines de toda la Isla