La mujer víctima de la ira de los Reyes de Oriente cobró fama (o más bien infamia) al ser entrevistada por las Noticias Univisión durante la actividad de entrega de regalos de Reyes en Caguas. La nota discordante entre los demás padres entrevistados (quienes loaron la organización del pasadía y avalaron los obsequios que el Gobierno le estaba haciendo a sus hijos), la mujer criticó el tener que caminar mucho para que luego le dieran a su hija «una trapo ‘e bola». Lo que es más, la entrevistada admitió que llevó a su hija a la actividad a pesar de esta estar enferma, lo cual trae la duda de si, aparte de un buen puntapié por la zona gluteica, esta señora no necesita también una buena visita por el Departamento de la Familia.
«¿¡DÓNDE ESTÁ ESA MALAGRADECIDA!?», tronó colérico el Rey Melchor, mientras Gaspar y Baltasar intentaban retenerlo. «¡Tantos niños pobres en el mundo que no reciben nada, y tanta gente humilde que acepta nuestros obsequios con gratitud, y viene esta doña aborrecí’a a tildar nuestro regalo como ‘una trapo ‘e bola’? ¿Con qué jugaría ella de pequeña, me pregunto yo aquí? Con XBoxes y iPads no era, porque la veo media entradita en años… ¡así que no se haga la más jai jóyet, que seguro en sus años de mocedad ella jugaba de lo más feliz con caballitos de palo, muñecas de guata y cajas de cartón!».
Baltasar admitió que cuando vio el video de la entrevista en su iPhone 5 («Y antes de que pregunten, no, no fue que me quedé con el regalo a un guaynabito mimado de once años que no necesita un teléfono tan caro»), le dio tanto coraje que empezó a buscar en su armario «unas botas con punta de metal bien afilada, para poder darle a esa ingrata una patá’ pu’ el culo bien dada». Sin embargo, luego recapacitó, reconociendo que de ninguna manera los agentes de seguridad aérea dejarían que un hombre barbudo del Medio Oriente vuele sobre territorio americano usando zapatos metálicos y puntiagudos.
Gaspar, aparentemente el más tranquilo de los Tres Santos Reyes, concluyó: «Recordemos que el punto de la entrega de regalos en Epifanía es recordar el modesto pesebre donde nació Jesús y compartir la alegría de su nacimiento rodeados por familiares y amigos. No dejemos que una doña caripelá’ y malagradecí’a nos arruine la paz interna — ¡mejor arruinémosela nosotros a ella, poniéndola a trabajar pa’ que se gane con el sudor de su propia frente los regalos que el Gobierno les dio a sus hijos!».