Una nueva ley aprobada la semana pasada en Arizona obliga a los agentes de la ley y el orden a que le requieran identificación a cualquier persona de quien ellos tengan una «sospecha razonable» que pueda ser ilegal, aunque no especifica qué factores deben dar pie a dicha sospecha (allende al hecho de que la persona sea marrón y hable español, claro está). Precisamente para facilitar el cumplimiento de esta nueva ordenanza estatal es que se creó el «Mexican-dar» y se le repartió una unidad a todos los agentes de la Uniformada de Arizona. Este finísimo instrumento puede detectar, a más de cien pies de distancia, si a un sujeto le gustan los churros y/o la comida «picosa»; si el sujeto está escuchando con deleite la música de La Tigresa del Oriente o de Delfín Hasta El Fin; o si el sujeto vive en la misma casa con diez primos, todos llamados «Juan».
Modelos más avanzados del «Mexican-dar» pueden también ayudar a los policías a precisar si alguien está realizando algún trabajo forzado y mal remunerado; si alguien está criándole los hijos a alguna familia blanca adinerada; o si alguien está cagándose del miedo de que algún policía racista venga y lo arreste y lo regrese a él y a su familia a México después de muchos años de trabajar en Estados Unidos para intentar mejorar su situación económica.
Richard Hardwood, un agente de la policía de Phoenix, habló sobre su experiencia: «Este aparatito ya me ha ayudado a deshacerle el sueño de una mejor vida a innumerables familias inmigrantes, y en solamente par de ocasiones me ha dado falsos positivos… pero no puedo culpar al ‘Mexican-dar‘ en esos casos, porque eran mexicanos nacidos en Arizona que hablaban español y guiaban carros mierdosos: ¡cualquiera se hubiera equivocado! Por lo demás, diría que mi ‘Mexican-dar‘ está muy bien afinado para detectar marroncitos cola’os», aseguró, dándole una mirada sospechosa a los tres reporteros de El Ñame.