San Juan, Puerto Rico – El Gobernador Aníbal Acevedo Vilá firmó el viernes La Ley de Gallos de Puerto Rico del Nuevo Milenio, la cual declara las peleas de gallos como un derecho cultural de los puertorriqueños y regula esta afamada actividad que también es conocida como el «Deporte de Caballeros». Esta ley ha sido una de las pocas ocasiones en que el Gobernador y la Legislatura dominada por el PNP han estado de acuerdo en algo, ya que ha tenido apoyo de ambos partidos mayoritarios tanto en el Senado, como en la Cámara de Representantes de Puerto Rico.
A pesar de sus interminables peleas, es bueno saber que la Legislatura y el Ejecutivo están completamente de acuerdo en una cosa: en el derecho inalienable de los caballeros de nuestro país de hacer que dos gallos se hagan cantos
«¡Nos ganamos los chavos, mi gente!», dijo el presidente del Senado, Kenneth McClintock, flanqueado por José Aponte, presidente de la Cámara, y Aníbal Acevedo Vilá. «Como pueden ver, los 100 mil y pico de pesos más beneficios por año que nos tumbamos cada uno aquí en la legislatura son bien justificados. Puerto Rico tiene una amplia gama de problemas sociales y económicos y aún así, sacamos tiempo para esto. Eso dice mucho de lo importante que es esta ley, ya que a pesar de esos otros issues sacamos tiempo para redactarla y tener vistas y todo. Si a ustedes les quedaban dudas de que nosotros sólo trabajamos en las cosas importantes de este país, he aquí la prueba de que sus dudas son infundadas. Pocas cosas son más importante para un país que una ley para declarar las peleas de gallo patrimonio nacional e institucionalizar que dos gallos se maten. Ésta sí que es una ley importante y de envergadura. Ahora, si me perdonan, los dejo con mi homólogo en la Cámara, José Aponte, ya que tengo que ir directito a mi oficina a trabajar en unas vitales felicitaciones para el festival de la china mandarina en Caja de Muertos».
«¡Uga uga! ¡Gallos! ¡Pelea! ¡Bam! ¡Bam! ¡Bam Bam BAM!», dijo el presidente de la Cámara, José Aponte, mientras le metía un garrotazo al podio y lo tumbaba, marchándose de la conferencia. Su secretaria de prensa ya nos había advertido que sólo se comunicaría en forma primitiva de ahora en adelante ya que se destapó como cavernícola temprano el viernes. Esto dejó solo el podio para Aníbal Acevedo Vilá quien elaboró sobre la importancia de esta ley.
Hay quienes dicen que solamente trogloditas encontrarían algo bueno en la institucionalización del maltrato de animales: nosotros aquí creemos que es sólo casualidad
«Primero que nada, estamos asegurándonos que nadie se meta con nuestra cultura», comenzó el Gobernador. «Un país que hay en el norte, que se cree que nos manda, básicamente ha prohibido las peleas de gallos, y no vamos a permitir que fuercen esa parte de su cultura extraña sobre nosotros. ¡Que sepan que aquí sólo mandan los puertorriqueños! Para los que dicen que esta ley es una institucionalización del maltrato de animales, se equivocan: estamos regulando esto cuidadosamente para velar por el bienestar de estos gallos también. Como pueden leer en el texto de la ley, sólo puede haber 50 peleas al día en cada gallera, y solamente pueden tener lugar entre las 9 de la mañana y la medianoche. Eso le da a los gallos 9 horas de descanso, una más que las 8 horas de sueño que le recomiendan los médicos a uno. Además sólo pueden pelear por 14 minutos, así que veremos menos gallos muriendo que antes, cuando los dejábamos pelear hasta la muerte. Ahora sólo perderán un ojo o alguna otra cosa pendeja. Finalmente, la temporada de peleas sólo correrá desde el 1° de noviembre hasta el 31 de octubre del año siguiente: ustedes saquen la cuenta pa’ que vean que es un tiempo razonable».
«Yo no he escuchado ningún gallo quejándose de esto anyway«, dijo el Gobernador, «así que en verdad, no entiendo cuál es el show«. En efecto, el Pollito Yito, quien chiripea los fines de semana como gallo de pelea, es un famoso campeón invicto en el ámbito gallístico, y éste nunca se ha quejado de las reglas de las peleas de gallo (sin duda porque a éste le bastan menos de 30 segundos para acorralar a su contrincante y aplastarlo con sus enormes patotas).
El Pollito Yito solo tuvo que decir lo siguiente sobre las nuevas reglas para las peleas de gallo: «¡PIIIIIIIOOOOOOOOO!»: estamos bastante seguros que esto significa: «BRING IT ON, BITCHES!«
«Ahora, si me perdonan», finalizó Acevedo Vilá, «voy a regresar a mis labores para tratar de descifrar junto a Toledo por qué hay tanta violencia en Puerto Rico».