«He llevado el reclamo a la estadidad a Trump Tower y puedo asegurarle al pueblo de Puerto Rico que no me trataron como el representante de una isla que no volverá a ser relevante en las primarias republicanas hasta el 2024, asumiendo que no nos manden pa’l carajo antes de eso», declaró el gobernador electo de una isla que en verdad no importará nada hasta que haya primarias republicanas en el 2024, si es que La Tierra existe todavía en ese tiempo.
«Estoy seguro de que Donald Trump le dará a la estadidad la importancia que merece y nos dará la prioridad que solo puede reclamar un país que votó en un plebiscito, sin ninguna ironía, por ‘Ninguna de las Anteriores'», reclamó el joven gobernador electo. «Si no se diera que la administración del presidente nos diera importancia, pues le preguntaré a Papi si se puede hacer algo, y si me dice que no…. ¡Pues nos jodimos! ¡Pero por lo menos hay playa, sol y arena para nuestros ciudadanos!», se preconsoló el joven estadista.
Se espera que Rosselló siga en el sueño, o mínimo, trate de vender el sueño paquetero de la salvación de la Isla a través de la estadidad mientras existan personas enteramente manipulables en el territorio.