Las expresiones de duelo tras la muerte de Gabriel García Márquez no se hicieron esperar, aunque sospechosamente algunas parecían haber sido hechas por personas que desconocían la obra del novelista. «Mi libro favorito es, como el de todo el mundo en los últimos días, ‘Cien años de soledad'», se lamentó un supuesto fanático del autor, «que como todos sabemos trata de… bueno… nada, de un aislamiento que duró un siglo. ¡Qué fuerte!». Otro que aparentaba ser lector de los escritos de García Márquez expresó: «Estoy muy triste tras la muerte de GGM porque no me perdía sus novelas. La que más me gusta es la del coronel que no tiene quién le escriba una crónica de una muerte anunciada en los tiempos del cólera… ¡es que en Macondo pasaba una de cosas!». Y, en un claro acto de desesperación, otra persona exclamó en voz alta para que todos la escucharan: «¡Yo también soy muy culta y por eso sé exactamente de quién todo el mundo está hablando, así que háganme el favor de añadirme a la lista de gente que está de luto!».
Incidentalmente, la defunción del novelista colombiano coincidió con la del salsero puertorriqueño Cheo Feliciano, desatando otra nueva ola de expresiones luctuosas inspiradas más bien por querer estar a la moda y marcadas por un conocimiento marginal del fallecido. Por ejemplo, si las esquelas en honor a García Márquez siempre mencionaban «Cien años de soledad», aquellas en honor a Cheo Feliciano siempre contenían la exclamación «¡Familia!» — excluyendo las que, confundiéndolo con el cantautor José Feliciano, hacían alusión a su ceguera.
El fallecimiento de «El Gabo», como de repente resulta que todo el mundo lo llamaba como si fueran panitas fuertes, también desató la manía boricua de publicar en los muros de Facebook mensajes escritos en segunda persona destinados a alguien que, incluso de estar vivo, jamás los leería. Por ejemplo: «Gabo, quiero agradecerte por haber escrito todo lo que escribiste. ¿Eran canciones o poemas? De todos modos, seguramente te quedaron brutales»; «Hoy el mundo está de luto porque te nos fuiste, Gabo. Ahora que estás muerto resulta que eres mi autor favorito, principalmente porque desde que me gradué de high no leo tres carajos y eres el único escritor cuyo nombre recuerdo»; y «Lamento mucho tu muerte, Gabo, y lo digo por este medio público porque, aunque honestamente no he pensado en ti desde los noventas, parece que todos mi amigos eran fanáticos tuyos, ¡y yo atrás no me quedo!».
Observando desde el Más Allá todas esas expresiones de duelo fatulas de los cibernautas boricuas, Gabriel García Márquez juró: «¡Ahora me arrepiento de no haber escrito el ensayo aquel súper cursi sobre los boricuas que por alguna razón siempre me atribuyeron a mí!».