«Si hace diez años hubiéramos tomado en serio estas señales, hoy sería otra la situación. Pero tenemos una cultura de ignorar lo importante», expresó Charbonier, en el mundo real, sin joder. «Pero esta situación bien, bien importante se soluciona fácilmente si las PAREJAS HETEROSEXUALES CASADAS de este país realizan su función bíblica y chingan todos los días. No es difícil: yo me los clavo cada día cobrando sueldo, dieta y transporte para que puedan disfrutar de mi peculiar genio. Y ni hablar de cómo me clavo la Constitución peleando contra el matrimonio igualitario todos los fucking días. ¡Miren, ahí está, usé hasta la palabra fucking, pa’ que acaben de entender!», despotricó.
La representante no se despidió sin antes gritarnos: «¡Y más vale que nadie me tripee por sugerir más sexo para el pueblo, porque el que lo haga, está insultando a TODAS las mujeres de Puerto Rico, y a TODOS los cristianos del mundo entero!». La representante puede dormir tranquila, porque nosotros estamos claros que nos la estamos tripeando a ella y solamente ella. Además, hemos usado la palabra «chingar» en el contexto de la bien conocida y simpática metáfora pueblerina.