El Palacio de Santa Catalina, mejor conocido como La Fortaleza, ha sido la residencia del gobernador de Puerto Rico desde el siglo 16, lo que lo convierte en la mansión ejecutiva de más uso continuo en todas las Américas. Este hecho, sin embargo, le importa un pepino angolo a Ricky Rosselló, quien aseguró querer construir una nueva mansión ejecutiva «más efectiva», «con mejores accesos», y «donde yo no haya vivido ocho años de mi juventud que francamente preferiría olvidar». Él convertiría la actual mansión ejecutiva en «un destino turístico: un museo, una galería de arte, o alguna de esas babosadas que diariamente engatusan a nuestros turistas. O mejor aún, quizás la arrendaría para tirar paris, y así hasta le sacamos par de chavitos al asunto. ¡Nunca es tarde si la dicha es buena!».
El nuevo gobernador intimó que preferiría que su residencia oficial no estuviera «tan rodeada de boricuas comunes y corrientes cada vez que salga al balcón a fumarme un gáret guilla’íto. ¿No creen ustedes que yo trabajaría mejor en medio de Palmas del Mar o de otro lugar más jaiclás repleto de riquitillos, y no deambulantes, doñitas vendiendo artesanías o jípsters insoportables haciendo peregrinajes gastronómicos por SoFo? Sí, sé que cada vez que llega un crucero el Viejo San Juan se nos llena de vez en cuando de turistas del méinland y temporalmente se nos mejora el ambiente, pero no puedo depender de eso. Así que, ¡bai bai Viejo San Juan, jelóu lujosa mansión aislada y protegida por acceso controlado donde no se escucha bomba y plena cada vez que a Carmen Yulín le da por montar un evento cultural!».