La «Ley de Moratoria de Emergencia y Rehabilitación Financiera de Puerto Rico» –apodada la ley «¡Sálvese Quien Pueda, Que Esto Aquí Se Jodió!»– le permitirá al gobierno entre otras cosas expropiar a cualquier empresa que se niegue a continuar prestando servicios de emergencia al pueblo durante una crisis fiscal. «Por ejemplo», explicó el gobernador Alejandro García Padilla, «si una compañía como Netflix decidiera dejar de darle servicio a la Isla porque las cosas se están poniendo color de hormiga brava y nadie le está pagando la mensualidad, le expropiaríamos todos los servidores que pudiésemos, porque durante una crisis económica es cuando más necesitamos poder ‘Netflix and chill‘, ifyunouguataimín. Así que, empresario que tuvo el mal juicio de establecerse en Puerto Rico que me escuchas: ni pienses en coger la juyilanga, que te tenemos bien agarrado por los short and curlies. El día que decidas recoger tus bártulos e irte, el gobierno te quitará todos tus bienes y para colmo no podrás demandarnos, porque el que hace la ley hace la trampa (y para tramposos, nosotros). ¡Ponte cómodo, porque seguirás disfrutando de la hospitalidad boricua aunque sea a la trágala!».
El gobernador también quiere atajar el problema de la gente que ya no confía su dinero a nuestras instituciones bancarias y ha optado por guardar todos sus ahorros en su propia casa. «Esas son jaiberías de traidor antipatriótico», sentenció tajantemente García Padilla. «Me parece una falta de respeto que haya boricuas que aún duden de la solvencia de su propio gobierno solo porque tardamos meses en pagarles el reintegro y porque en general a la hora de saldar nuestras deudas somos más morosos que ese primo malapaga que todos tenemos. ¿A quién le sirve que mantengas fardos de billetes de a veinte en una caja de zapatos en el anaquel superior de tu clóset, o escondí’os en un roto que le hiciste al matre, o enterrados en el patio trasero en una lata de Rovira Export Soda? Aunque seguramente esa caja de zapatos te dé mejor tasa de interés que el Banco Popular, esos chavos tienen que estar registrados en alguna institución financiera, para que el gobierno pueda cogértelos ‘prestados’ cuando le dé la gana y sin avisarte. Te los devolveremos apenas nos entren unos chavitos, ¿vi’te? ¡Raitrú raitrú!».
«Estos apuros económicos en los cuales nos encontramos –a pesar de haber sido causado por unos pocos malhechores de Las Pasadas Administraciones®– son al fin y al cabo problema de todos los puertorriqueños», concluyó García Padilla. «Y por eso mismo requerirá un sacrificio de todos los puertorriqueños para salir de este hoyanco que hemos cavado, juntos, como pueblo (o al menos la parte del pueblo que ha estado al poder en las últimas décadas). Así que no quiero oír excusas baratas estilo: ‘¡Estos son mis únicos ahorros y los necesito para vivir!’, o ‘¡Ustedes la cagaron, así que arréglesenlas ustedes ahora!’ o ‘¿¡Qué hace usted en mi cuarto rebuscando en mi armario, Señor Gobernador!?'».