«No entiendo la tal llamada ironía de quejarme de la humillación que sería la imposición de una junta fiscal mientras soy del partido que respalda precisamente el estatus que no nos da representación en la metrópoli y que niega la completa independencia fiscal si fuera un igual entre las naciones. No. No lo veo», aseguró la versión ficticia del senador a este periódico. Sobre qué pretende negociar con el Congreso dado que Puerto Rico no tiene ninguna representación, este aseguró que «Puerto Rico tiene una diáspora que puede castigarlos con su voto en los estados y se los voy a recordar. O sea: amenazarlos con lo que nosotros no podemos hacer en la isla por nuestra falta de representación. Por culpa de nuestro estatus, que les recuerdo es lo mejor de dos mundos y defiendo hasta la muerte», declaró de nuevo sin ningún tipo de ironía.
«Y si eso no funciona, estoy seguro que Cuba saldrá a batear por nosotros en el Consejo General de las Naciones Unidas denunciando este humillante trato colonial. Lo harán ellos, porque nosotros no tenemos una silla en las Naciones Unidas gracias a la colonia creada por el partido que represento y apoyo. ¿Por qué me miran así? ¡Ay, no me vengan con el cuento ese de la ironía!», finalizó exasperado.